
Los sumideros de carbono han existido de forma natural en nuestro planeta desde hace millones de años. Sin embargo, las concentraciones actuales de gases de efecto invernadero, particularmente de CO2, hacen que estos sumideros naturales no puedan contrarrestar nuestras emisiones. Por ello, actualmente se intenta potenciar la capacidad de los sumideros naturales, e incluso crear sumideros de carbono artificiales. Sin embargo, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (entre los que se encuentra el CO2) debe ser la estrategia principal a seguir para paliar los efectos del cambio climático.
Sumideros de carbono frente al cambio climático.
Los sumideros de carbono son depósitos en los que se acumula este elemento. Es capturado mediante distintos procesos, y posteriormente queda almacenado en estos depósitos durante un periodo muy prolongado de tiempo.
Los sumideros de carbono existen de forma natural en nuestro planeta como parte del ciclo biogeoquímico del carbono. Un ejemplo claro de esto son los yacimientos de hidrocarburos, formados a partir de materia orgánica, con un alto contenido de carbono.
Los sumideros de carbono son una estrategia de cara a combatir las elevadas concentraciones de carbono atmosférico registradas hoy en día. De esta forma, sería posible capturar y almacenar mayores cantidades de CO2, y así contener el avance del cambio climático.
Los sumideros de carbono naturales están degradados.
La degradación general de los ecosistemas del planeta implica que estos pierden capacidad para realizar una de las numerosas funciones que realizan: la captación de carbono. Los principales sumideros naturales de carbono del planeta son los océanos, los bosques y los suelos fértiles.
Los océanos son los principales captadores de carbono, a través del plancton y los corales, fundamentalmente. Absorben alrededor del 50% del carbono atmosférico. Sin embargo, los océanos y los corales están cada vez más degradados.

Los bosques son un sumidero de carbono natural a gran escala, los cuales captan el carbono atmosférico a través de la fotosíntesis. Así, el carbono queda retenido en los árboles en forma de materia orgánica. Esto ocurre especialmente en bosques jóvenes, donde el crecimiento de las plantas es más rápido que en bosques maduros.
El suelo captura carbono atmosférico a través de la respiración de los organismos que habitan en él, y mediante la acumulación de materia orgánica. Esto se produce especialmente en suelos fértiles, que cada vez se encuentran más degradados por la desertificación, cambio de uso del suelo y contaminación.
Sumideros de carbono artificiales.
Potenciar el secuestro de carbono es una táctica para combatir el cambio climático. Hoy en día, la degradación de los ecosistemas implica que estos absorben menos carbono del que podrían si no se encontraran en ese estado. Este concepto fue planteado en el Protocolo de Kioto (firmado en 1997), a raíz de las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero y la aceleración del calentamiento global.
Una de las técnicas propuestas consiste en utilizar tanques traslúcidos con algas en su interior. Gracias al contacto con la luz, las algas son capaces de capturar enormes cantidades de CO2 atmosférico mediante la fotosíntesis.
No obstante, algunas de estas técnicas provocan problemas medioambientales asociados. La inyección de CO2 en aguas profundas permite su almacenamiento aislado en forma de “lagos sumergidos”. Sin embargo, la presión ejercida por la columna de agua terminaría formando ácido carbónico, provocando alteraciones en el pH de las aguas.
¿Cómo contrarrestar las emisiones en el futuro?
Para reducir las concentraciones atmosféricas de CO2 es necesario disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque distintas estrategias puedan aplicarse paralelamente. Para ello, la reforestación es una técnica que aporta muchos beneficios, siempre que se realice adecuadamente.
Fomentar el secuestro de carbono deben ser medioambientalmente sostenibles, ya sean naturales o artificiales. De no hacerlo así, los problemas no se solucionarán, sino que se transformarán en otros.
¿Qué opinas de las técnicas artificiales para potenciar la captación de carbono atmosférico? ¿Crees que potenciar la captación natural de carbono puede tener efectos medioambientales adversos? ¡Te leemos en comentarios!