
El aumento en las poblaciones y alteración de los flujos migratorios de la cigüeña blanca en España está asociado a los cambios en las prácticas agrícolas, cambio climático y proliferación de vertederos, en los que encuentran alimento abundante durante todo el año. El cierre previsto de todos los vertederos de la Comunidad de Madrid hace necesaria la búsqueda de alternativas para su subsistencia.
“Por San Blas, la cigüeña verás”.
Las cigüeñas blancas (Ciconia ciconia), al igual que otras muchas especies, han sido capaces de adaptarse a los entornos urbanos, encontrando un nuevo nicho en el que sobrevivir.
Las poblaciones de cigüeña blanca (Ciconia ciconia) alcanzaron sus mínimos históricos (225 parejas) en la Comunidad de Madrid durante los años 80. Desde entonces, se ha registrado un aumento drástico hasta alcanzar las 1221 parejas en el año 2014. Actualmente, las tendencias siguen siendo positivas.
Es sabido que sus patrones migratorios han cambiado, y que cada vez son menos las cigüeñas que realizan la migración al Sahel. Según la SEO (Sociedad Española de Ornitología), hoy en día solo migran los individuos jóvenes y menos del 20% de los adultos. La mayoría de ellas pasan el invierno en España, gracias al aumento de temperaturas del cambio climático, y a la disponibilidad de alimento en abundancia en los vertederos y arrozales.
Por estos motivos, no les es necesario correr el riesgo que supone la migración, en la cual muchas mueren. Además, miles de cigüeñas procedentes de Europa Occidental llegan cada otoño para realizar la invernada en nuestro país por las buenas condiciones que encuentran.

Las cigüeñas tienen dependencia de los vertederos.
Uno de los motivos principales del aumento en las poblaciones de esta especie ha sido la proliferación de vertederos desde mediados de los años 80 (época en la que se registraron los primeros indicios de la tendencia positiva en los censos de cigüeñas).
Los vertederos proporcionan grandes cantidades de alimento disponible durante todo el año, por lo que no es de extrañar que las mayores concentraciones de cigüeñas se dispongan en torno a estos. A pesar de ello, muchas aves, especialmente polluelos, mueren a causa del consumo de plásticos, gomas y sustancias tóxicas, que provocan asfixia, gangrenación, mutilación e intoxicación.
Actualmente, el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha la Estrategia de Gestión Sostenible de Residuos, que pretende cerrar los 4 vertederos de la Comunidad de Madrid: Colmenar Viejo, Pinto, Alcalá de Henares y Valdemingómez.
El pasado diciembre de 2019, se echó el cierre definitivo al vertedero de Alcalá de Henares, poniendo en riesgo una de las mayores colonias de cigüeña blanca de España. El cierre del resto de vertederos de la Comunidad está previsto para 2024 (Colmenar Viejo y Pinto) y entre 2025 y 2030 para el de Valdemingómez.
Una de las alternativas propuestas ha sido la instalación de comederos específicos para la especie, que a día de hoy aún no están disponibles.
Distintos colectivos alertan del peligro que esto puede suponer para las colonias, poniendo como ejemplo el caso del vertedero de Segovia, que fue cerrado en 2002 sin ningún tipo de alternativa para estas aves. Esto supuso la muerte de más de 200 polluelos, amenazando la supervivencia de la colonia segoviana.
¿Alternativas para las cigüeñas ante la eliminación de los vertederos?
Los vertederos son una de las formas menos efectivas y sostenibles de tratamiento de los residuos producidos por las actividades humanas, que obligan a que el resto de las especies se adapten a los cambios que producimos.
La instalación de un comedero para cigüeñas o el estudio de otras alternativas viables cobra fuerza de cara a su conservación, en el marco de la Estrategia del cierre de los vertederos de la Comunidad de Madrid.
La conservación de la biodiversidad siempre presenta ventajas ecológicas, económicas y sociales. En el caso de la colonia de Alcalá de Henares, el turismo ornitológico de las colonias de cigüeña (símbolo de la ciudad) puede ser un aliciente turístico que se una a su interesante Patrimonio Histórico y Cultural.
Sin embargo, frente a esta instalación de comederos u otras alternativas para mantener de manera artificial la población de cigüeñas, hay voces que no lo ven tan claro. Por ejemplo, nuestro compañero Juan María Arenas se pregunta si realmente es necesario mantener a una especie de manera tan artificial como es dándoles de comer, siendo además una especie muy abundante y que hasta hace no mucho en invierno desaparecía de nuestras tierras para migrar a África.
“¿Por qué no dejamos que se reestablezca el equilibro natural de la especie? Pensaríamos igual que este post hablara de los efectos de los basureros sobre las ratas, las ratas también se verán afectadas y no veo a nadie planteándose ponerles comederos”
Juan María Arenas
Por tanto, sobre que hacer y las mejores medidas a llevar a cabo hay debate. ¿Tú qué opinas? Escríbenos en comentarios.