
Existen especies que solo habitan en marismas, bosques, en la montaña, playas, en la dehesas, pero… ¿Existen especies que tan solo habiten ciudades? Alvaro Luna, Doctor en Biología, nos cuenta en el programa 1 de su podcast “El Atlas de la Biodiversidad” (Puedes escucharlo en el reproductor que hemos puesto al finalizar este artículo), lo que observó en su viaje por El Cairo en 2018. Él presenció una especie de este tipo, un animal que no era ni una chinche, ni una mosca, ni un mosquito. Encontró una comadreja, la conocida como comadreja egipcia (Mustela subpalmata).
¿Qué hace un animal como tú en un lugar como este?
Nada más llegar a El Cairo, Álvaro presenció, en una callejuela de madrugada, un pequeño animal que correteaba entre los coches, ágil, rápido y nervioso. Lo primero que pensó es que seguramente fuera una rata, es a lo que estamos acostumbrados a ver en ciudades. Sin embargo, rápidamente descartó esta posibilidad al ser un animal pequeño y largo. Finalmente, lleno de asombro pudo ver lo que era: una comadreja. Es algo muy extraño, incluso para un Doctor en Biología, encontrarse con un animal así en plena ciudad, y menos en una de veinte millones de habitantes. Ahí quedó la cosa, como una anécdota.
Pero no terminó ahí. Tras una semana fuera de la ciudad, regresó de nuevo a El Cairo para volver de vuelta a España. Entonces, en otra calle estrecha volvió a divisar otra comadreja de nuevo correteando entre basura. No podía creerlo, esto ya era algo serio, no una anécdota excepcional. El último día en El Cairo volvió a toparse con otra, frente a un templo, robando la comida de perros y gatos callejeros.
Comadreja egipcia en El Cairo: la explicación del hallazgo.
Las comadrejas que Álvaro observó “parecían bastante integradas, muy adaptadas a la vida urbana, e incluso en cierto modo dependientes de nuestros desperdicios”. La explicación estaba en que esta comadreja era la comadreja egipcia, una especie cuya área de distribución se limita al norte del río Nilo (norte de Egipto). Esta especie es distinta a la presente en España, aunque físicamente es muy similar.
El área de distribución de esta especie de 300 kilómetros de largo por 250 de ancho, un área cubierta de desierto en cualquier dirección que mires y un vergel en las zonas cercanas el Nilo. Para conocer el porqué de esta distribución tenemos que remontarnos a la historia de Egipto y la importancia del Nilo.
“El Nilo y su delta permitieron el florecimiento del Antiguo Egipto, la civilización más sorprendente que haya existido. Hablamos por lo tanto de un lugar habitado desde antaño, y explotado por el ser humano desde hace miles de años”, añade Álvaro. La comadreja viviría por esta época alimentándose de fauna silvestre, tanto la asociada al hombre (ratas y ratones), como la propia asociada al río Nilo. De esta manera, poco a poco la especie fue quedándose aislada, diferenciándose de sus congéneres hasta formar una nueva especie, que la diferencia de las comadrejas norteafricanas y de oriente próximo.
Al Norte quedó el mar mediterráneo, y al Sur el Nilo, dos franjas infranqueables para esta especie, al Oeste está el Sahara y al Este está la Península de Sinaí (más desierto). Por este motivo, la comadreja quedó aislada en este estrecho área.
Después del Antiguo Egipto, el Nilo siguió transformándose hasta tal punto que hoy en día es difícil encontrar algún parche de vegetación prístina, ocupada ahora por cultivos o edificios. El delta del Nilo es una gran zona agrícola de arroz, palmera y otros alimentos.
En este contexto, la comadreja fue cada vez más acorralada a lo largo de los siglos, sin zonas naturales de donde obtener alimento. La ciudad acabó por engullir a las comadrejas, y es por esto que este animal consiguió afortunadamente adaptarse a las nuevas circunstancias, beneficiándose de su pequeño tamaño, su agilidad y versatilidad.
Lecciones que se sacan de esta historia
Como dice el propio álvaro Luna “Cada vez hay más ciudades, y más animales se ven obligados a interaccionar con nosotros en nuestras ciudades. Nuestros hábitats solapa”.
Pero, al mismo tiempo, no conocemos bien lo que esto ocasiona: qué especies son capaces de integrarse en la ciudad, cómo lo hacen, qué consecuencias tiene esto, qué servicios o beneficios pueden darnos, etc.
En el caso concreto de la comadreja, poco se sabe. No hay estudios que informen de su situación actual, de cómo ha podido adaptarse al entorno, de sus hábitos, se sabe muy poco de ella. Álvaro considera que “seguramente su pequeño tamaño haya ayudado, ha favorecido que pueda ser un animal de la ciudad. También la aceptación por parte de la gente ya que, según he encontrado, ciudadanos de El Cairo o Alejandría valoran positivamente a las comadrejas por alimentarse de ratas y ratones”.
Puedes escuchar aquí el podcast de Álvaro Luna en el que te llevará por un viaje por las calles de El Cairo.
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