
El mundo de la investigación y la innovación va muy deprisa y las nuevas ideas emergen de debajo de las piedras. Sobre todo, ideas orientadas a un futuro más sostenible, que es lo que nos interesa a todos y todas. Entre estas innovaciones encontramos la energía agrovoltaica. ¿En qué consiste? ¿Qué beneficios tiene la energía agrovoltaica? ¿Qué usos tiene? Lo veremos a continuación.
La energía agrovoltaica, una nueva energía o tipo de cultivo
La agrovoltaica es un nuevo concepto que surge de combinar, como podemos intuir, la agricultura con la fotovoltaica, una energía verde y renovable. En un mismo terreno de cultivo, se instalan las placas fotovoltaicas de tal manera que la maquinaria pueda entrar en el campo sin problemas. Como se comenta en el post de Atersa, la energía solar y la agricultura tienen algo en común, la luz solar. La luz solar es necesaria para el correcto funcionamiento de ambos usos del suelo, pero esto se puede gestionar de tal manera que el rendimiento del cultivo y de las placas solares sea el máximo.
Los campos de cultivo, para maximizar su producción de un alimento, se generan monocultivos extensos sin especies arbóreas bordeando el terreno. Esto hace que las horas de luz sobre el cultivo sean muy elevadas, llegando a causar daños en las plantas cultivadas. Además, la transpiración del suelo puede ser muy elevada a determinadas horas del día, requiriendo un riego adicional para evitar la deshidratación del cultivo. Por ello, las células fotovoltaicas podrían aportar la sombra necesaria para maximizar la producción del cultivo, evitando pérdidas por elevada radiación solar.
Además del aporte de sombra, la función principal de las placas solares es producir energía a partir de los rayos solares. Esta energía supone un extra para el agricultor, pudiéndose emplear en el funcionamiento de bombas de agua para el riego del campo, la alimentación energética de una caseta de campo o de un invernadero, por ejemplo.
Otro beneficio es la contaminación de los alimentos. La energía fotovoltaica es una energía limpia que no genera residuos en el lugar de instalación. De esta manera, se obtiene energía in-situ sin contaminar los alimentos cultivados.
España, un lugar idóneo para la agrovoltaica
España es el país mejor situado de Europa para obtener energía fotovoltaica, por lo que habrá que sacarle partido. La luz incidente en España permite abastecer con creces la demanda energética nacional. Es por esto que instalar placas solares en campos de cultivo de España no es dinero tirado a la basura, siempre y cuando consultemos la cantidad de radiación solar que recibe nuestro terreno.
Este país es conocido por tener una climatología privilegiada que llena las playas de turistas. Pero no solo eso, este rasgo favorece el cultivo de verduras, frutas y cereales. Por ello, España es un productor medio en Europa teniendo en cuenta su pequeño tamaño y las excelentes condiciones de cultivo de ciertos alimentos.
Sumando estos dos factores, la elevada energía solar que recibe España y su potencialidad como zona de cultivo, el resultado es un nicho perfecto para esta nueva forma de agricultura, la agrovoltaica.