
La ciencia ciudadana es la ciencia que se hace con la colaboración de personas que no necesariamente tienen formación profesional relacionada con la ciencia. En esta colaboración, el ciudadano o ciudadana participan de manera externa, nunca son el sujeto de estudio del proyecto. Normalmente son grupos de personas muy grandes y distribuidos en amplios territorios, obteniéndose grandes cantidades de muestras y muy dispersas. Estos proyectos siempre son supervisados por investigadores formados en ciencia.
Los ciudadanos observando son capaces de ver cosas muy obvias que nadie ha visto antes. De esta manera, personas de a pie sin titulaciones al respecto, son capaces de aportar valiosos datos a la ciencia.
Si te gustan los podcast y quieres profundizar en la ciencia ciudadana, te recomendamos escuchar este podcast de “Actualidad y Empleo Ambiental” donde hablaron de ciencia ciudadana con Julio Rabadán, responsable en España de la plataforma Observado, que es a la par cuaderno de campo y sirve para hacer ciencia ciudadana.
Listen to «Hablando de Ciencia Ciudadana, con Julio Rabadán | Actualidad y Empleo Ambiental #56» on Spreaker.¿Por qué se necesita la ciencia ciudadana?
En los proyectos de investigación se trabaja con muestras de aquello que se está investigando. Por ejemplo, para conocer qué tipo de fertilizante hace crecer más a una tomatera, establece distintas tomateras a las que se les ha aplicado distintos fertilizantes. Cada tomatera con el tipo de fertilizante es una muestra. Con estas muestras sacará una conclusión atendiendo a los resultados.
Algo muy importante en ciencia es el tamaño muestral, es decir, el número de muestras que se realizan o toman en un proyecto de investigación. A mayor número de muestras, más fiable será el resultado.
Algunas investigaciones no requieren de tamaños muestrales excesivamente grandes y se obtienen buenos resultados. Sin embargo, proyectos que requieran de tamaños muestrales mayores, se hacen inviables para los equipos de investigación debido a la falta de personal y el elevado gasto económico.
En este momento entra en escena la ayuda ciudadana. Proyectos donde se necesite un enorme tamaño muestral y la toma de muestras sea relativamente sencilla, se pide a la población su participación voluntaria en estos proyectos. Por consiguiente se consigue alcanzar un número de muestras considerable y distribuido en grandes áreas.
Además, los beneficios no son tan solo para los investigadores, los ciudadanos se sienten parte de un proyecto, aprenden multitud de conocimientos y tienen un contacto más o menos directo con la ciencia.
Facilidades que ofrecen las nuevas tecnologías a este formato de ciencia
Casi todas las personas hoy en día disponemos de teléfono móvil, ordenador e internet, permitiéndonos estar conectados a grandes distancias. Además, tenemos lenguas nexo que facilitan la comunicación.
Gracias a las nuevas tecnologías, es más fácil y rápida la conexión entre científico y ciudadano. Tomas una foto, la subes a una plataforma, y casi al instante, el investigador la ha recibido. Esto hace que los resultados también sean más fiables al disponer de imágenes para examinar los ejemplares con mejor precisión.
Algunos proyectos de ciencia ciudadana
El primer proyecto de ciencia ciudadana tuvo lugar a comienzos del siglo XVIII con Carlos Linneo. Este científico creó la taxonomía partiendo de muestras botánicas que le traían ciudadanos de todas las partes del mundo.
En la actualidad hay multitud de proyectos de la más diversa índole. Existen proyectos para fotografiar biodiversidad, censar aves, interpretar y transcribir mapas antiguos, mandar datos sobre el campo magnético o alertar sobre la presencia de mosquitos peligrosos para la salud humana.
Un ejemplo concreto es el proyecto eCoCrEALaB (Laboratorios Colaborativos y Ciencia Ciudadana para el Estudio de los Ecosistemas Acuáticos), que consiste en organizar redes de seguimiento de biodiversidad en tramos de río. Cada ciudadano selecciona un tramo de río y realiza un muestreo para ver el estado general de la biodiversidad del tramo y anotar problemas que afecten a la salud del curso de agua (presas, resaltos, depuradoras, etc.).
Existen aplicaciones como Mosquito Alert donde cada ciudadano sube la localización de lugares de cría de mosquitos. En consecuencia se genera un mapa accesible para todas las personas donde aparece esta localización.
En Observadores del mar puedes anotar las observaciones y experiencias que tengas cuando buceas, navegas, pescas o vas a la playa. Otro ejemplo de esto es la plataforma Observado, que te sirve de cuaderno de campo, pero a la vez que subes tus anotaciones, estás ayudando a investigadores de todo el mundo.
Adéntrate en ciencia desde casa
Si no tienes una formación relacionada con la ciencia, pero te motiva la naturaleza y quieres aportar a la ciencia, no tienes más que buscar en internet algún proyecto que se asemeje a tus intereses y listo. Recuerda que si te gustan los podcast, puedes profundizar mucho más sobre este tema en el programa que te hemos puesto al principio o aquí.