
La pesquería artesanal se caracteriza por usar técnicas tradicionales para extraer los recursos del mar. Normalmente se sale a pescar en barcos pequeños y tradicionales de cada zona en función del calado, los vientos, etc.
Suele darse a no más de 10 millas de distancia de la costa y su principal objetivo es el autoconsumo o el consumo de la población local debido a la capacidad de extracción que permite.
Existen distintos tipos de pesca en función de las especies que se vayan a extraer: peces, mariscos, moluscos, crustáceos, etc.
La importancia de estas técnicas frente a otras de mayor escala es que está fundamentada en la sostenibilidad y el respeto de los ecosistemas donde faenan. Además, este tipo de pescadores suele estar íntimamente relacionado con el medio marino, sabe cómo realizar la pesca para no dañar el equilibrio y que siga siendo productivo y sano para los próximos días de pesca.
La realidad es que este tipo de pesca artesanal se está perdiendo ya que se ve afectada por las competencias del mercado nacional o internacional, los distintos usos de la costa que compiten con la pesca y los modelos de gestión que no apoyan estas iniciativas.
Poco a poco se está tendiendo a revalorizar esta forma de pesquerías artesanales e incluso hay proyectos de investigación que colaboran con ellos para ver con qué artes es más adecuado pescar cada especie, donde se encuentran y medir diferentes parámetros para ir en la línea de la sostenibilidad. Se necesitan esfuerzos coordinados de los involucrados en el sector pesquero, en los gobiernos y administraciones, de la sociedad y de los investigadores para llegar a un modelo en el que todos salgamos ganando y podamos seguir disfrutando de océanos cada vez más sanos y productivos durante mucho tiempo.