
Llevo muchos días viendo una guerra de opiniones en relación con el incendio del Amazonas.
Por un lado, hay quien acusa a la prensa de haber silenciado la importancia de los incendios hasta última hora, que entonces ataca a Bolsonaro.
Por otro lado, hay quien ataca a la prensa por culpar a Bolsonaro, diciendo que ahora parecen los buenos de la película.
Creo que el foco hay que ponerlo en el sistema capitalista que nos rodea. Bolsonaro y la prensa son una consecuencia del capitalismo. Bolsonaro es un pobre desgraciado que sólo valora el dinero (con mucho poder y mucho dinero, sí, pero por encima de todo eso es un desgraciado). Y la prensa sólo habla de lo que genera dinero.
¿Quién entonces es culpable? Quizá lo sea el conjunto de la sociedad. Quizá sea la cultura en la que nos hemos criado, que nos enseña a ser individualistas. Que a nosotros nos debe dar igual que el Amazonas arda, porque está muy lejos. Y a los que están más cerca el fuego les da una oportunidad de aumentar pastos y cultivos, para conseguir dinero.
Por otro lado están quienes parece que quieren hacer sentir mal a quienes lloraron por Notre Dame. No es que no entienda la comparación, y sí es cierto que habrá que ver cuántos millones se recaudan por el Amazonas, pero creo que ignorar la pérdida cultural que supuso el incendio de Notre Dame no debería ponerse en tela de juicio, ni usarlo como excusa para iniciar una guerra. Creo que podemos ser capaces de diferenciar. Creo que podemos apreciar ambas. No entiendo por qué debo elegir, si las dos son patrimonio.
Habrá quien se indigne con este texto. Yo me indigno cada vez que se pone el grito en el cielo cuando se queman 5.000 ha en cualquier punto del mundo y sin embargo nadie recuerda las 50.000 ha que ardieron en Valencia en 2012. Quizá gritaron en su día, y ya lo olvidaron. Quizá en 7 años quien ahora se indigna no sepa colocar el Amazonas en el mapa.
Os recuerdo que Gran Canaria sigue ardiendo, pero ahora todos rezamos por la Amazonía en twitter. En datos, obviamente, tanto de magnitud, como de pérdida, son mayores los incendios de Brasil. Pero ojo, eso no significa que en Gran Canaria no estemos perdiendo ahora mismo un patrimonio natural de un valor incalculable. Que la biodiversidad no sólo está en Sudamérica, o en Kenya, o en Tailandia. Que podemos llorar todos los incendios, esto no es una competición. Competición, justo lo que el capitalismo espera de nosotros. Y mientras tenemos a quienes están haciendo negocio de esta desgracia.
Cualquier incendio es una tragedia. En todos los incendios se pierde, perdemos algo. Hay incendios con consecuencias mucho más jodidas que otras, estamos de acuerdo. Pero yo preferiría dejar de ver tanta tontería en las redes sociales y un poquito más de cambio de hábitos de cada una en el día a día. Quizá el incendio de Notre Dame no podía evitarse, pero quizá también si tomamos conciencia de la realidad del planeta sea imposible que un incendio como el del Amazonas llegue a tal magnitud.