
Se dice pronto pero un olivar es un bosque humanizado al que le faltan los arbustos y que ocupa tanto como las dehesas. Su influencia sobre el medio es impresionante y sin embargo pasa desapercibida. Cualquier medida que se implemente en él tiene consecuencias que afecta a todo el ecosistema circundante.
En buena medida el olivar ha crecido sobre dehesas, que a su vez crecieron sobre el antiguo monte mediterráneo. No es raro por ello ver la asociación de la encina con el olivar. Las aromáticas casan bien con el descendiente del acebuche, el olivo, y su plantación entre hileras de olivos en cierto sentido supone un regreso a ese monte mediterráneo originario.
¿Por qué plantar aromáticas entre olivos?
En el peor escenario del cambio climático, con un aumento de 4ºC, posiblemente los olivos den menos producción y el aceite sea de menor calidad, en su mayoría. Habrá variedades bien preparadas para el calor que triunfarán. Esas variedades se impondrán en el olivar en seto, que seguirá ocupando parcelas de cereal.
Hoy día hay varios centenares de miles de hectáreas de olivar en seto, al tiempo que se abandonan 150.000 hectáreas de olivar tradicional. El proceso se agudizará con el cambio climático, y por ello el olivar tradicional precisa nuevas soluciones, y el policultivo es una de ellas.
En la posguerra se plantó mucha vid entre olivos, el policultivo no es nuevo, ya los romanos plantaban cereal entre olivos. Pero se asocia policultivo a necesidad y hay cierto rechazo en época de bonanza. Solo si las cosas se tuercen mucho se regresará de forma masiva al policultivo, compensado con las nuevas plantaciones las pérdidas que den los olivos.
El olivar de miel es un policultivo que consiste en poner setos de aromáticas entre hileras de olivos, de tal forma que además de aceite, se obtengan miel y aceites esenciales.
La asociación Alvelal, El grupo operativo Olivares de miel, y Diverfarming van en esa línea, si bien Diverfarming apuesta además por el azafrán y la veza. Heineken apuesta por plantar cebada, el Imidra experimenta con yeros y en Villafranca de los Barros ponen vides entre olivos. Poco a poco va emergiendo el sector del policultivo, aquel que no espera a que vengan acontecimientos catastróficos, y va a apostando por un olivar más equilibrado.
En el caso del olivar de miel los setos a modo de terrazas retienen más agua y tierra fértil si el terreno está en pendiente, quedando el suelo más protegido. La ONU ha reconocido esta virtud como elemento de prevención en materia de inundaciones.
Olivos de Carabaña Olivos de Perales de Tajuña
Otras opciones que se suman al policultivo
Además del policultivo otra opción posible es el ecoturismo y la caza. Por ejemplo, si se planta lavanda la perdiz roja salvaje quedará protegida, si se planta romero que tiene más porte serán los animales de caza mayor los beneficiados. Se logra así una mayor restauración del territorio, que se puede complementar con viveros de flores en peligro de extinción.
Como se ve la restauración del olivar es gradual pero rápida ya que los arbustos crecen velozmente, y en función de la apuesta que se haga el resultado puede variar considerablemente. Las hectáreas del olivar suponen un enorme escenario de experimentación donde diseñar paisajes sostenibles. Hay tiempo para ello.

Javier Domínguez Angulo
Paisajista del grupo operativo Olivares de miel, especializado en paisajismo sostenible a gran escala. Además del olivar de miel ha diseñado un viñedo de miel y una propuesta paisajística para armonizar Amazonía con agricultura.