
En el primer episodio de Planeta Agua, hemos tenido la suerte de entrevistar a Pablo Rodríguez Ros. Pablo es licenciado en Ciencias Ambientales, con Máster en Cambio Global y Máster en Comunicación Social de la Investigación Científica y Doctor en Ciencias del Mar.
Ha participado en expediciones científicas en cuatro de los océanos del planeta y ha realizado estancias de investigación en Reino Unido, Suiza, Canadá y Estados Unidos.
Durante la entrevista hemos podido hablar con él de su tesis y de sus implicaciones en el futuro del cambio climático. También nos hemos podido trasladar hasta un buque de investigación oceanográfica en medio del Océano Antártico y conocer el día a día del equipo de trabajo. El Mar Menor y su crítica situación ecológica ha sido otro de los temas que nos ha explicado y la directa relación que tiene con su primer libro, «Argonauta, peripecias modernas entre el océano y el cambio climático». A continuación, os dejamos la entrevista transcrita, junto con información visual y bibliografía recomendada por nuestro entrevistado de este episodio. Además, si queréis escucharla, podéis acceder a ella en el apartado «podcast» de este sitio web.
Te dejamos más abajo el reproductor del podcast y la entrevista por escrito.
Podcast de Planeta Agua sobre oceanografía y cambio climático
Te dejamos aquí el reproductor del programa número 01 del podcast Planeta Agua, dirigido por Natalia Pérez Valle, sobre oceanografía y cambio climático. Entrevista realizada a Pablo Rodríguez Ros.
Escucha»Oceanografía y Cambio Climático con Pablo Rodríguez Ros | Planeta Agua #01″ en Spreaker.Entrevista a Pablo Rodríguez Ros sobre oceanografía y cambio climático
Hola Pablo, bienvenido a Planeta Agua y muchísimas gracias por acompañarnos en este episodio.
Hola, muchas gracias a vosotros.
Bueno Pablo, la tesis que te ha otorgado el doctorado trata sobre la distribución y el ciclo del isopreno en el océano. Cuéntanos, ¿qué es el isopreno?
El isopreno es un compuesto químico, subproducto de la fotosíntesis. ¿Eso qué quiere decir? Que cualquier organismo que haga la fotosíntesis, lo produce, tanto en tierra firme como en el océano, pero mi tesis es puramente oceánica. El isopreno es un gas que, cuando se produce, pasa de las células fotosintéticas del océano, principalmente del fitoplancton, al agua y una vez que está en el agua, es capaz de pasar a la atmósfera. Cuando pasa a la atmósfera, a través de una serie de reacciones químicas, puede participar en la formación de unas pequeñas partículas, que nosotros llamamos aerosoles, y alrededor de estos aerosoles es posible que se condensen moléculas de agua. Cuando se condensan varias moléculas de agua, lo que tenemos es una microgotita de agua. Microgotita a microgotita, se forma una nube. Lo que nosotros estudiamos en nuestro grupo de investigación es cómo este gas y otros son capaces de participar en el proceso de formación de nubes. ¿Dónde? En regiones remotas del océano, como puede ser el Océano Antártico.
Nos dices que, en el caso del océano, el isopreno es producido por el fitoplancton, pero claro, el fitoplancton es un término bastante amplio que incluye muchos grupos. ¿Hay algún grupo de organismos concreto que sea responsable de la emisión de este compuesto?
Es una de las cosas que intentamos dilucidar en mi doctorado. Al cultivar y estudiar los diferentes taxones que componen el fitoplancton en el laboratorio para ver qué grupo es el que produce más isopreno de todos (cocolitofóridos, nanofitoplancton, bacterioplancton fotosintético, etc) vemos como incluso entre cepas de la misma especie puede llegar a haber diferencias de hasta 2 órdenes de magnitud. ¿Qué he descubierto durante el doctorado? Que, por ejemplo, en el Océano Antártico, el organismo fitoplanctónico más importante para la producción de isopreno, son las diatomeas. Y, ¿esto se debe a que las diatomeas produzcan mucho isopreno por célula? Pues seguramente, no, pero las diatomeas son el grupo de fitoplancton más abundante que hay y, por lo tanto, dominan la producción de isopreno.
Bueno, es una tesis de un tema muy complejo pero, ¿qué conclusiones nos puedes resumir que habéis podido ir sacando?
Lo que hemos podido nosotros demostrar es que la emisión de isopreno marino en algunas regiones remotas del océano, puede jugar un papel clave en la formación de nubes. Es decir, la contribución de la emisión marina a la atmósfera en estas regiones remotas, es lo suficientemente relevante como para que tenga que ser tenida en cuenta en las proyecciones de cambio climático y en los modelos de cambio climático (con los que se hacen las proyecciones). Y, ¿esto por qué es importante? Porque cuando nosotros estamos en estas regiones remotas del océano, la gente tiene que pensar que los otros gases, semejantes al isopreno o que pueden jugar un papel parecido al isopreno, que se emiten por las actividades humanas, en estas regiones remotas no los encontramos. Entonces nosotros hemos sido capaces de demostrar que este proceso es relevante y cómo se produce y se forma el isopreno en regiones remotas del océano, es decir, en regiones que están súper alejadas de las actividades humanas.
Es decir, conocer cómo sería el funcionamiento SIN nuestra actividad, sin nuestra influencia, ¿no?
Claro y, por ejemplo, uno de los resultados de los que más contento estoy de la tesis es que uno de los capítulos ha resultado en un modelo que se puede aplicar a los satélites de la NASA y, así, a través de utilizar imágenes de satélite, poder conocer cuál es la concentración de isopreno en la superficie del Océano Antártico. A partir de una ecuación, si conocemos la temperatura del agua y la concentración de clorofila, podemos saber cuál es la concentración de isopreno en superficie de todo el Océano Antártico. ¿Cómo? A través de imágenes de satélite. Es un modelo que ya se podría aplicar a los satélites de la NASA, que ha sido con los que lo hemos desarrollado, para conocer la concentración de este gas. Esto es algo que nadie había hecho hasta el momento: poder conocer la concentración de un gas que emite el fitoplancton en el Océano Antártico.
En este escenario de acelerado cambio climático en el que nos encontramos, ¿cómo pueden ser relevantes estos resultados a la hora de poner soluciones?
Esto tiene una relevancia muy grande para el propio cambio climático. Para entenderlo, debemos irnos a una de las gráficas más icónicas que saca el IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático): la del forzamiento radiativo. En esa imagen se ve el proceso que existe entre la atmósfera y otros sistemas terrestres como puede ser la biosfera, la criosfera, y qué elementos calientan o enfrían el clima. Así, por ejemplo, podemos ver que el CO2, calienta el clima (representa una contribución positiva al forzamiento radiativo), como otros gases de efecto invernadero. Por otro lado, también vemos cómo hay elementos que enfrían el clima. Y hay otros elementos en la gráfica, por ejemplo, estos procesos de los que estoy hablando de las nubes en regiones remotas y la interacción entre los aerosoles atmosféricos y la formación de nubes que, en promedio, enfrían el clima, es decir, nos ayudan a “luchar contra el cambio climático”. Sin embargo, la incertidumbre asociada a dichos procesos es la más grande de todos los fenómenos del forzamiento radiativo. Es decir, posiblemente, en los modelos climáticos, de lo que menos sepamos es de estos procesos de formación de nubes en regiones remotas del océano. O sea que, contribuir a conocer cómo se producen estos fenómenos supone en cierto modo y en última instancia mejorar los modelos de cambio climático actuales.
Claro, es esencial, es información fundamental que no está incorporada.
Claro, esto es, por decirlo de alguna manera, la ciencia más básica. Al final, ¿la aplicación cuál es? La aplicación es que es un conocimiento súper básico pero que es esencial para reconstruir algunos procesos que los modelos de cambio climático, ya sabemos que, en ese aspecto, fallan un poco. Y esto, ¿qué puede originar? Que para final de siglo sepamos si la temperatura va a subir más o va a subir menos, si estos agentes nos van a ayudar más, nos van a ayudar menos… O sea, es una información, esencial.
Nos has mencionado antes de pasada a unos organismos: los cocolitofóridos. ¿Quiénes son estos organismos?
Son elementos esenciales de la bomba biológica marina. Básicamente, son unos organismos que ayudan, a través del proceso fotosintético, a coger CO2 atmosférico que se diluye en el agua y almacenarlo en capas profundas del océano. Son muy importantes para el clima también. Y, de hecho, hay una zona del océano antártico que es muy famosa – bueno, muy famosa para los que nos dedicamos a esto en concreto-, que se descubrió formalmente en 2011, llamada el gran cinturón de carbonato cálcico o el gran cinturón de calcita. Si uno mira desde el espacio el Océano Antártico, verá que alrededor de los 40º de latitud Sur, en todo el Océano Antártico, hay una banda donde la concentración de carbono inorgánico particulado, es súper elevada. Eso quiere decir que en esa zona los cocolitofóridos u organismos cocolitoforales, dominan las comunidades de fitoplancton por encima de las diatomeas y, en esa zona, se produce una importante captura de CO2 atmosférico.
Algo que, en la situación en la que nos encontramos actualmente, es positivo.
¡Sí! Actualmente, todo lo que sea captar CO2, a tope con ello.
Parte de tu tesis ha sido y ha estado basada en el Océano Austral. ¿Cómo ha sido trabajar en esa zona del planeta?
Pese a que mi tesis es de modelización, yo tuve la suerte de poder participar en dos campañas oceanográficas en el Océano Antártico. Es una experiencia interesante, bastante duro, porque es un océano que no tiene unas aguas muy calmadas, la atmósfera tampoco está muy calmada, hace mucho viento, hay muchas olas y, a lo mejor, de cada 15 o 20 días malos, tienes un día bueno. Una experiencia científicamente también súper interesante porque es un océano de grandes cambios. Con esto, ¿qué quiero decir? Cuando estas en el Océano Antártico abierto, hay zonas donde no hay mucha vida, pero luego te acercas a las islas o algunas zonas donde hay mucho fitoplancton y, por tanto, las redes tróficas están ahí sin parar de funcionar lo que te permite encontrarte con una cantidad de vida que es difícil de ver en otro sitio del planeta.
Cuando ibais en estas expediciones, ¿qué experimentos llevabais a cabo? ¿qué procedimientos poníais en marcha?
Es una pregunta super complicada de responder porque sería larguísimo de contar. Cosas que la gente no sabe es que, por ejemplo, preparar una investigación oceanográfica, implica fletar un barco con un montón de gente y enviarlo a la otra punta del mundo. Esto, como cualquier persona podrá suponer, es caro. Muy caro. Un barco, simplemente a nivel de gasolina y mantenimiento del barco, puede suponer entre unos 20.000 y 30.000 euros diarios. Como es tan caro, ¿qué es lo que sucede? Que no se envía un barco con un grupo de investigación pequeño a hacer una cosa concreta pequeña, sino que, por lo general, te llevas a todo el mundo que puedes. ¿Eso qué quiere decir? Que hay muchos grupos de investigación a la vez trabajando en el mismo sitio. En nuestro caso, por ejemplo, en la campaña Pegaso 2015, que la lideraba mi director de tesis Rafel Simó, del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, estudiábamos la integración en cierto modo del océano y la atmósfera. De esta forma, había gente investigando la atmósfera y gente investigando el océano. Esto que parece bastante obvio y bastante simplón, tiene unas implicaciones bastante serias. Entre ellas, que la metodología de trabajo era súper distinta y los experimentos, por lo tanto, también. Nosotros por ejemplo, en la parte marina, analizábamos agua, pero analizábamos agua de muchas maneras distintas: desde el punto de vista biológico, para conocer qué organismos había; desde un punto de vista químico, para conocer, por ejemplo, qué gases hay en el agua disueltos, como el isopreno o el dimetil-sulfuro; y desde el punto de vista físico, ya que también necesitamos conocer la temperatura del agua (no solo en superficie, también en profundidad, es decir, en toda la vertical), si hay corrientes marinas, hacia dónde van, a qué velocidad se está desplazando (quizás la estamos cogiendo aquí pero hace un día estaba cerca de una isla donde hay micha producción biológica y tenemos que saber que la producción biológica tiene ese origen, por ejemplo). Por otro lado, la gente de la atmósfera tenía un montón de aparatos enganchado en diversas partes del buque (buque Hespérides) e iban midiendo una serie de parámetros atmosféricos. Al final, lo que nosotros intentamos es aunar las dos cosas: qué es lo que estamos viendo en el aire y qué es lo que estamos viendo en el agua, en un momento determinado.
¡Qué interesante! Suena increíble. Vamos a intentar trasladarnos a un día en ese barco. El barco que se me viene a la cabeza es el típico de documental de la Antártida, un rompehielos. ¿Cómo era ese barco, Pablo?
El buque Hespérides es un rompehielos pero, por decirlo de alguna manera, es “semirompehielos”. ¿Esto qué quiere decir? Que tiene el casco reforzado para que si se encuentra con hielo no se hunda, pero no es un rompehielos al uso. Sí que hay otros buques de investigación que sí son cien por cien rompehielos y en esos buques, te das cuenta de que, por muy rompehielos que sea, el hielo cuando choca contra el buque, da miedo, porque suena como un estruendo enorme y claro, te das cuenta de que el barco, por muy grande que sea, no es tan grande en comparación con los icebergs.
Un día en el Hespérides comenzaba a las 7:30h, a las 8h . desayunábamos. A las 9h ya teníamos el primer muestreo del día, es decir, a las 9 de la mañana los que teníamos que coger agua, íbamos a coger agua y los que iban al aire, iban al aire. A las 11h, teníamos una parada para almorzar; a las 13h, comíamos y a las 16h otra vez a trabajar hasta las 19h. A las 19:15h, la cena. ¡Y el buque era español! Es decir, estos horarios no son por el hecho de que estuviésemos en un buque internacional, sino porque en los buques de investigación se trabaja así, con ese horario. Y luego tenías un rato, desde las 20h o así que terminabas de cenar hasta las 22h, más o menos, que ya te acostabas porque estabas súper cansado. Con esto lo que quiero reflejar es que cuando estás en el buque, lo que haces es básicamente trabajar. Trabajar, comer y dormir, porque como te decía al principio, es muy cara una expedición científica, así que hay que aprovechar todos los minutos del día. Trabajas muchísimo y en ocasiones haciendo turnos de muestreo de 6 horas, como en otras expediciones en las que he estado yo. ¿Eso qué quiere decir? Que cada 6 horas tienes que ir al laboratorio. Cada seis horas, siempre. Es decir, que no puedes dormir 8 horas, nunca. Así que al final un día duermes 4 horas, otro día otras 4, luego vas medio zombie. Y bueno, desde el punto de vista de la salud, no es muy saludable seguramente. Pero bueno, es una experiencia.
Sí, vamos, que no es un paseo tranquilito en un barco, ni mucho menos.
No, no, ¡que va! Y me gusta que me lo digas porque mucha gente se lo piensa. Mucha gente se piensa que bueno, allí vamos, trabajamos un poco y que el resto del tiempo estamos mirando las ballenas y todo eso y, ¡que va, que va! Estás todo el día en el laboratorio que, en un barco, se trata de un lugar sin ventanas, ni ojos de buey, o sea que no ves nada de lo que pasa fuera y se pasa bastante mal. Muchas veces me ha pasado a mi, estar en el laboratorio trabajando y escuchar por megafonía “¡no se cuantas ballenas por estribor!” y no poder ir ni a verlas porque estás trabajando. Y, de hecho, una vez me pasó también con la aurora austral – la aurora boreal es la que se ve en el Hemisferio Norte y la austral la que se ve en el Hemisferio Sur. Un día, estaba trabajando en el laboratorio y gritaron ¡aurora austral, aurora austral! Y claro, las auroras, depende del momento, pero a veces no están ahí todo el rato, el cielo verde para que tú lo veas. A lo mejor, pasa media hora y desaparece. Recuerdo que acabé el trabajo corriendo como pude y al final subí y la pude ver, pero hubo mucha gente que no la vio, o la tuvo que ver otro día. Y bueno, pues es que al final no son viajes, son expediciones científicas.
Y, ¿qué tipo de material se utiliza en una expedición así? Nos hablas además de un océano nada calmado. ¿Qué material se utiliza en oceanografía para coger las muestras de agua, por ejemplo?
Coger las muestras de agua se hace, básicamente, de dos maneras:
- Sistema de bombeo continuo. Los buques de investigación oceanográfica, tienen en el casco, en la parte que está sumergida, un agujero al cual va conectado una tubería. Eso, lo que hace es que mientras el barco va navegando, con un sistema de bombeo, va chupando agua. Esa canalización de tuberías, llega hasta el laboratorio. Así, en el laboratorio, tienes un grifo de agua dulce normal, como el de una casa cualquiera, pero luego hay otros grifos al lado que son “los del continuo”. Al abrirlos, el agua que sale es el agua que tienes debajo del barco. No es agua que se almacena en ningún sitio, sino agua que está en permanente circulación. Al abrir el grifo, tienes calculado el tiempo que tarda en llegar el agua desde la parte de abajo del casco del buque, hasta el laboratorio (que suele ser entre 30 segundos y 1 minuto). Es agua del Océano Antártico así que sale agua a -1ºC, -1.5 ºC, o incluso -1.8ºC que llega a estar. Este sistema es realmente cómodo. Estás en el laboratorio, abres el grifo llenas un vaso y te lo llevas a analizar. Sea lo que sea que quieras analizar, sea citometría de flujo, que es lo que usan, por ejemplo, en los hospitales para hacerte las analíticas y que te digan “tienes tanto glóbulos rojos” o “tienes tantos glóbulos blancos”. Nosotros hacemos lo mismo pero con el fitoplancton, que también son células.
- Roseta CTD. Consiste en una serie de botellas, que están en una disposición concéntrica, en una estructura metálica. Como si fuera el revolver de una pistola. Cada una de esas botellas tiene una particularidad muy interesante y es que tú, desde el buque, las puedes abrir y cerrar. Esta estructura metálica con estas botellas asociadas, se tira por la borda atada a un cable (ya que luego la queremos recuperar). Como pesa mucho, va bajando. Lleva una serie de sensores incorporados que le dan el nombre de CTD que (Conductivity, Temperature, Depth), mientras va bajando (la del Hespérides, por ejemplo, puede descender hasta los 4000-6000 metros de profundidad), van midiendo esos parámetros de conductividad, temperatura y profundidad. También se puede medir la clorofila. Todo esto, lo estás viendo desde el buque, en un ordenador. La estructura sigue descendiendo hasta que llegas a la profundidad que tú desees. Por ejemplo, 2000 metros. A partir de ese momento, comienza el ascenso, la recuperación de la estructura metálica con las botellas que habíamos lanzado por la borda. Como tú ya has descendido por esa zona, ya sabes las propiedades del agua, porque ya las tienes registradas en el ordenador. Entonces, puedes seleccionar, qué zonas te interesan y aquí es donde entran en juego las botellas que se llaman botellas niskin. Las botellas cuando van bajando, van abiertas de tal forma que el agua entra y sale. Cuando vas subiendo, tú puedes ir cerrando las botellas. Un ejemplo: vemos que lo que nos interesa es coger agua que está a 1500 metros, pues cuando subes de los 2000 a los 1500 metros, la botella número 5, por ejemplo, la cierras. Y entonces sabes que en esa botella hay agua de 1500 metros. Y así vas haciendo con el resto de botellas. Cuando recuperas la roseta CTD, cada botella tiene agua de una profundidad distinta que tú has seleccionado. Esto permite muestrear a profundidad cualquier parte del océano. Es probablemente el instrumento de investigación oceanográfica más famoso y más icónico desde el siglo pasado.
Al principio del episodio, mencionábamos que también eres el autor de Argonauta, un libro que cuando este episodio salga a la luz, ya estará disponible. ¿Qué podemos encontrar en este libro?
Pues Argonauta es básicamente todo lo que te he contado a ti y más cosas.
Pero claro, yo escribía eso y pensaba “uy, esto es muy aburrido” porque claro, si te gusta mucho la ciencia pues esto te va a parecer interesante pero si no, pff, madre mía, o sea es que a veces me aburría hasta a mí lo que yo escribía y decía esto no es buena señal. Entonces lo que decidí en el libro fue no solo centrarme en los aspectos científicos o técnicos, que sería la parte de divulgación científica, sino también en las vivencias personales. Por eso se llama el libro “Argonauta, peripecias modernas entre el océano y el cambio climático”. Cuento cosas del estilo a las que he contado en este podcast. Por ejemplo, cómo se prepara una campaña oceanográfica o cómo es el día a día en un buque así, qué se hace cuando surgen problemas, etc. Que en ciencia, quiero que la gente sepa, que el 99% del tiempo, las cosas las haces mal. Es decir, que el 99% de las cosas que haces no valen para nada porque lo que haces es probar cosas nuevas a ver si funcionan, o a ver si explican algo o a ver si sirven. Pero hay un 1% de veces que pasan cosas y las cosas salen bien, y eso es lo que se suele contar, el artículo científico, etc. También es un libro un poco autobiográfico, entonces comienza en el 2010, cuando yo comencé durante la carrera a colaborar en investigación en el Mar Menor, en la región de Murcia, que es una laguna costera que está en el campo de Cartagena y luego también paso por todas las expediciones científicas de las que hemos hablado, pero también paso por cuando trabajé en Baleares con el Mar Balear, el Estrecho de Gibraltar, el mar de Escocia en el que estuve trabajando más de 6 meses con bacterias que pudiesen degradar el petróleo… El libro al final queda como una sucesión cronológica de hechos pero sí que es cierto que a lo largo de todos los capítulos voy hablando del cambio climático. Voy hablando de cómo todos los fenómenos van afectando al cambio climático. El primer capítulo se sitúa en el presente, en el momento actual, en mi participación en la cumbre climática en 2019 y después indico que para saber cómo hemos llegado hasta aquí hay que retroceder hasta 10 años atrás.
¡Super interesante, Pablo! ¡Qué ganas de leerlo!
Bueno Pablo, también nos has comentado al principio que comenzaste trabajando en ciencia en la región de Murcia, en el Departamento de Ecología de la Universidad de esta zona y nos has mencionado el Mar Menor. Puede que alguien que nos esté escuchando no conozca la situación tan crítica en la que se encuentra esta región. ¿Cómo podrías resumirnos un poco este tema, Pablo?
Lo que sucede con el Mar Menor, ya viene de largo. Ya son muchas décadas en las que la laguna costera está en una situación tensa, ecosistémicamente hablando. Es una laguna que está en una cuenca agrícola, con muchos vertidos agrícolas que se vierten a la misma, pero tradicionalmente también llegaban vertidos de la zona minera que está en la cuenca adyacente. Además, también una cierta presión turística. Es un ecosistema que ha estado muy tensionado; en realidad, ha sido una maravilla cómo ha podido resistir tantos años sin llegar a la situación actual, pero la situación actual era algo que obviamente iba a pasar, en un momento u otro y, efectivamente, ha pasado. Para que la gente lo entienda, lo que está ocurriendo en la laguna del Mar Menor, es un proceso de eutrofización que, en griego, significa “mucha comida”, ¿y eso qué significa? Que hay muchos nutrientes procedentes de la agricultura que hace que los organismos fotoplanctónicos que hay en la laguna crezcan desmesuradamente, así como las algas que viven en sus fondos. Esto origina que cada vez llegue menos luz a las praderas de plantas que hay en el fondo y se da una situación de falta de oxígeno (anoxia), lo que a su vez provoca que toda esta vegetación vaya muriendo y, al final, en lugar de una laguna costera de aguas prístinas, pues tenemos un sistema que puede llegar a parecerse más a un pantano o incluso una ciénaga. Ahora mismo está sufriendo un proceso fuerte de este tipo. La solución para que deje de producirse es, por un lado, que cesen los vertidos de nutrientes del campo, así como que cuando se produzcan eventos de lluvias se evite que todos los sedimentos lleguena la laguna costera, porque al final la van colmatando poco a poco. Por mi parte, he decidido donar mis beneficios del libro a un proyecto de recuperación del Mar Menor que está llevando a cabo la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) y, concretamente, al proyecto de recuperación de las salinas de Marchamalo, que son unas salinas que pertenecen a la laguna costera y es una zona muy importante desde el punto de vista ecológico, no solo porque el Mar Menor es un ecosistema singular por sí mismo, sino también porque es una zona importante para las aves migratorias como los flamencos. Los flamencos van allí todos los años durante el verano y es una zona relevante para ellos. Es una explotación salinera tradicional que ahora está en desuso. Así que he decidido donar mis beneficios a ese proyecto, por lo que, cualquier persona que compre el libro debe saber que está contribuyendo a solucionar uno de los problemas del Mar Menor y poniendo su granito de arena y, bueno, que la compra del libro no implica la lectura, o sea que lo podéis comprar y si no lo queréis leer, no pasa nada, ya estáis echando una mano al proyecto, que no es poco.
Bueno, ¡más razones para comprar Argonauta!
Bueno, Pablo, te quiero hacer una última pregunta: ya no hablando solo del Mar Menor, sino de la situación general en la que nos encontramos, ¿estamos a tiempo de cambiar las cosas, el rumbo al que parece que estamos llevando al planeta?
Estamos a tiempo de evitar los peores efectos del cambio climático. El cambio climático es un proceso que está en marcha y que es irreversible pero podemos evitar los peores efectos. No es lo mismo que te duela solo la barriga a que, además de dolerte la barriga, estés resfriado, te duela la cabeza y tengas fiebre. Si podemos estar solo con dolor de barriga, mejor. De lo que se trata con el cambio climático es de evitar los peores efectos del mismo y esto pasa por la acción climática a nivel político, a nivel empresarial, a nivel industrial y a nivel de la sociedad. El cambio climático y la lucha contra el mismo, va a ser una cosa apasionante durante los próximos años porque seguramente supone, junto con las guerras mundiales, uno de los momentos históricos a nivel mundial de ver si, de verdad, los países pueden cooperar entre ellos o no. Estamos viviendo un momento histórico desde el punto de vista del cambio climático.
Antes de despedirnos, ¿cómo te podemos encontrar en redes?
Tanto en Twitter como en Instagram: @pablorros.
Y así fue la entrevista a Pablo Rodríguez Ros. Pasamos un rato divertido aprendiendo muchísimo. Un auténtico placer.
Go Deeper
A continuación os dejamos la bibliografía relacionada con la entrevista para aquellxs que queráis profundizar en los temas tratados.
Gráfica del forzamiento radiativo: http://www.realclimate.org/index.php/archives/2013/10/the-evolution-of-radiative-forcing-bar-charts/
Gran cinturón de carbonato cálcico: https://www.whoi.edu/multimedia/great-calcite-belt/
Descubrimiento y descripción del gran cinturón de carbonato cálcico: https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/2016GB005414#:~:text=The%20Great%20Calcite%20Belt%20(GCB,elevated%2C%20seasonal%20concentrations%20of%20coccolithophores.
Con el proyecto PEGASO, nace el súper blog «Super Science Me» donde nos hablan (entre otras muchas cosas) del trabajo de investigación oceanográfica: https://superscienceme.wordpress.com/2016/12/08/ciencia-mar/
Capítulo 1 de la tesis del Dr. Rodríguez Ros publicado en Geophysical Research Letters: https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1029/2020GL087888
Algunas noticias sobre la situación del Mar Menor: https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2020/07/27/pienses-marinera/1132320.html
Tesis completa de Pablo Rodríguez Ros: https://upcommons.upc.edu/handle/2117/328188
Las imágenes de este post pertenecen a: 1. Surface Ocean – Lower Atmosphere Study; 2. IPCC; 3. Juan Antonio Alcober Bosch; 4 Y 5. Pablo Rodríguez Ros en Super Science Me; 6. El confidencial.