
El fenómeno conocido como “missing heat” en ciencia fue muy importante sobre todo para los investigadores que se dedican a estudios relacionados con el cambio climático.
En 1997 hubo un debilitamiento sutil de los vientos alisios tropicales que soplaban a través del Océano Pacífico. Estos vientos normalmente empujan el agua caliente por el sol hacia Indonesia. Cuando se aflojaron, el agua tibia se deslizó hacia América del Sur, dando como resultado un ejemplo espectacular de un fenómeno conocido como El Niño.
Las temperaturas globales promedio alcanzaron un récord en 1998, y luego el calentamiento se estancó dando paso a un fenómeno meteorológico conocido como “La Niña” que se caracteriza por ser una fase fría en la fluctuación natural del clima.
Durante varios años, los científicos no conseguían explicar este estancamiento de temperatura y lo denominaron como “ruido” en el sistema climático: las variaciones naturales en la atmósfera, los océanos y la biosfera que generan períodos cálidos o fríos en todo el mundo. Pero lo cierto es que seguían investigando para averiguar en qué punto del sistema climático estaba almacenándose ese calor.
El Niño de 1997-1998, expulsó cantidades prodigiosas de calor de los océanos a la atmósfera, quizás lo suficiente como para llevar al Pacífico ecuatorial a un estado frío prolongado que ha suprimido las temperaturas globales desde entonces.
Esta pausa de aumento de temperaturas provocó una pequeña crisis de confianza en el campo, que dio pie a que muchos negacionistas del cambio climático y escépticos del clima se aferrarán a estos resultados para decir que el calentamiento global “se había detenido”.
Finalmente, la clave para averiguar dónde estaba ese calor durante este periodo anómalo estaba en la capacidad de los océanos de actuar como sumidero y regulador de la temperatura. Por eso es tan importante conocer cómo se producen estos procesos de almacenamiento de calor, cuál es la capacidad máxima a la que puede llegar de almacenamiento y en qué punto de ese almacenamiento nos encontramos en la actualidad, para tenerlo en cuenta para futuras predicciones y escenarios de cambio climático.