
Los parásitos son los grandes olvidados en conservación debido a la escasa investigación al respecto. Sin embargo, estos seres vivos tienen un papel ecológico vital en los ecosistemas. Actualmente, hasta un tercio de los parásitos del mundo están en peligro de extinción por el cambio global.
Este artículo lo escribimos gracias a la información proporcionada por veterinarios expertos en fauna exótica, nos han sugerido hablar sobre este tema en nuestra web.
¿Qué es el parasitismo?
El parasitismo es un tipo de depredación en sentido amplio en la que hay un huésped (parásito) que obtiene sus recursos de un hospedador (presa). En esta interacción, el parásito no mata siempre a su presa pues de ella obtiene beneficio y le conviene mantenerla con vida. Además, el parásito a lo largo de su vida consume una o pocas presas.
¿Qué efectos tiene el parasitismo en los ecosistemas?
La interacción parásito-huésped tiene consecuencias no solo a nivel individual sino a una escala aún mayor.
A nivel individuo
Los efectos más directos en esta interacción son:
- el parásito roba recursos al hospedador
- el hospedador destina parte de sus recursos a tolerar o resistir la parasitación
- el parásito altera el comportamiento del hospedador
- en situaciones extremas el hospedador acaba muriendo
A nivel poblacional
Esta relación repercute también a nivel poblacional dentro de la especie del hospedador generando:
- descenso poblacional
- descenso en la fecundidad de la población
- menor competencia entre individuos
- mayor diversidad poblacional
A nivel comunitario
A un nivel superior, se observan efectos a nivel comunidad dentro del ecosistema.
- efectos negativos como caídas en cascada de la comunidad por un ataque a la especie dominante del ecosistema
- cambia la identidad de la especie dominante en los ecosistemas por las interacciones de competencia
Un tercio de los parásitos del mundo está en peligro de extinción
Los parásitos son uno de los grupos más diversos y ecológicamente importantes a nivel global. Sin embargo, un estudio muy reciente deja claro que un tercio de las especies parásitas corren riesgo de extinción en los próximos 50 años.
Este estudio surgió por la necesidad de darle la importancia que se merece a los parásitos pues son los grandes olvidados en proyectos de conservación y tienen un valioso papel ecológico.
“Si las especies no tienen nombre, no podemos conservarlas”
Señala Colin Carlson de la Universidad de Georgetown (EE UU).
Un ejemplo estudiado es el de los peces Salvelinus leucomaenis japonicus, en peligro de extinción por causas relacionadas con la falta de parásitos. Estos peces se alimentan en un 60% de grillos y saltamontes que caen al agua. Estos invertebrados caen con mayor frecuencia cuando están parasitados, incrementándose en 20 la probabilidad de que salten al agua. Sin embargo, estos insectos no están siendo parasitados y el alimento escasea para los peces.
Ante esta situación, han surgido planes de conservación como la cría del parásito ex-situ con la ayuda de hospedadores. Después, los parásitos eran traslocados al medio natural.
Otra medida es la aplicación de fórmulas de evaluación de la vulnerabilidad de especies de parásitos y su inclusión en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), además de aplicar la legislación vigente correspondiente a su estado de conservación.
Y, por último y no por ello menos importante, una acción fundamental para la conservación de toda especie es la divulgación científica de los beneficios que aportan los parásitos en los ecosistemas.