
Llega el verano (de manera cada vez más precipitada y abrupta) y con él las altas temperaturas y toda una serie de especies animales que no nos resultan especialmente simpáticas. Es el caso de las garrapatas.
Estos arácnidos son vectores de transmisión de distintas enfermedades que pueden causar síntomas graves si no se tratan de la manera adecuada. En España la más habitual es la Enfermedad de Lyme, que tiene tratamiento y cura, y entre sus síntomas encontramos dolor de cabeza, dolores musculares, fatiga, fiebre… Pero en los últimos años ha aumentado la transmisión de otra enfermedad, la fiebre hemorrágica de Crimea – Congo, que según la OMS, este virus “es una de las siete enfermedades epidémicas de mayor gravedad, y representa un gran riesgo para la salud pública”. Tiene una tasa de mortalidad de un 30% en humanos, y no existe ni vacuna ni tratamiento, ni para personas ni para animales.
Se han dado muy poquitos casos en España, pero en el verano del 2020 un hombre en Castilla y León perdió la vida por esta infección.
¿Dónde habitan las garrapatas?
Habitan en zonas forestales y de pastos, donde haya ganado o animales domésticos, pero también animales silvestres, tanto herbívoros como carnívoros.
¿Cómo evitar que me pique una garrapata?
Aquí es importante tomar medidas antes y después de salir al campo:
Antes: llevar ropa que dificulte a la garrapata picarnos (pantalón largo, manga larga, zapatillas cerradas y calcetines altos).
Después: cuando lleguemos del campo, es importante “inspeccionarnos”. Palparnos todo el cuerpo para asegurarnos que no notamos ninguna “verruguita” extraña. (En mi caso, a mí se me enganchó una garrapata en el verano de 2020 en la espalda y la detecté porque al palparme identifiqué una “verruguita” que no recordaba tener ahí).
También es muy importante hacernos con un buen repelente de insectos. Vale la pena informarnos acerca de cuales son las mejores marcas.
¿Qué hacer cuando me pica una garrapata?
La garrapata, como sabéis, se engancha introduciendo su cabeza dentro de nuestra piel. Una vez enganchada, hay muchas maneras de extraerla: aplicando calor, arrancándola, cortándola, con aceite, con alcohol… muchas veces este mecanismo no funciona, y lo que hace es que sí, extraigas la garrapata, pero su cabeza quede dentro de nosotros, lo que provoca que el proceso de contagio (en caso de que ese individuo contenga algún virus o enfermedad) prosiga.
Pinzas para sacar garrapatas
Existen unas pinzas para quitar garrapatas (con una búsqueda rápida en internet las encontraréis) que realmente es un palo de plástico o metálico con una bifurcación del mismo, fijo (como una lengua viperina).
La manera más segura de extraerla es: cuando la garrapata está enganchada a nuestra piel, colocamos la pinza pegada a nuestra piel, e introducimos a la garrapata en la abertura. Una vez la tenemos “enganchada”, giraremos suavemente la pinza. Si la tenemos bien cogida, la garrapata girará también con ella. No hacemos otra cosa sino “desenroscar” al arácnido. Después de unas cuantas vueltas, tiramos hacia fuera con cuidado.
Si lo hemos hecho bien, la garrapata saldrá completa de nuestro cuerpo, y de hecho quedará enganchada en las pinzas.
A partir de ahí la manera de proceder es una cuestión personal. Pero si no queremos que nos vuelva a picar, ya sabemos lo que debemos hacer. Quiero recalcar que son animales muy resistentes, y muy rápidos.
Yo he escuchado alguna vez que si sospechamos que nos puede haber contagiado (por ejemplo, porque estamos en zona de expansión del virus) se recomienda introducirla en un bote para posteriormente acudir a un centro de salud. Sé que en otros países esto es muy común con otros vectores de enfermedades (como la araña del rincón en Chile), pero yo en España no he leído todavía que esto realmente se lleve a cabo.
Garrapatas y cambio climático
Sabemos que el cambio climático conlleva una modificación en los patrones climáticos, y uno de los modelos predictivos que tenemos en las manos, y que además estamos observando, es que las medias anuales serán cada vez más elevadas. Esto implica que habrá una serie de especies que se verán cada vez más favorecidas por las altas temperaturas, y muchas enfermedades aumentarán su rango de distribución. Por lo que se puede deducir que las poblaciones de garrapatas aumentarán en los próximos años.
Este no es un artículo que pretenda crear pánico, si no simplemente crear conciencia acerca de los riesgos que tiene salir al campo, y la importancia de tomar las precauciones necesarias.