
Como consecuencia del calentamiento global, se está produciendo un desplazamiento de los óptimos climáticos de muchas especies hacia latitudes más altas, lo que fuerza una redistribución de la vida en la Tierra. La movilidad física de los animales les confiere la ventaja de poder desplazarse y migrar hacia áreas con climas apropiados. Sin embargo, las especies vegetales no gozan de esta capacidad, de modo que la dispersión de semillas a larga distancia es clave en este proceso de adaptación.
Un reciente estudio científico publicado en la prestigiosa revista Nature, con participación de 13 centros de investigación a nivel europeo y liderado por Juan P. González-Varo de la Universidad de Cádiz, ha concluido que la mayoría de especies vegetales de Europa que se dispersan a larga distancia por aves, lo hace principalmente hacia latitudes sur, lo que es contraproducente para adaptarse a los escenarios actuales de cambio climático.
“El cambio climático actual es tan rápido que muchas plantas requieren distancias de dispersión mucho más allá de las que normalmente se producen a escala local. Ahí es donde las aves migratorias pueden jugar un papel determinante, ya que son capaces de dispersar semillas a decenas de kilómetros. Esta investigación la planteamos para conocer el potencial de las especies vegetales para ser dispersadas por aves migratorias hacia futuras áreas favorables” explica Juan Pedro González-Varo, Investigador del Departamento de Biología de la Universidad de Cádiz y autor que ha liderado este estudio.
En esta investigación de redes de interacción planta-ave se han estudiado los flujos migratorios de las especies de aves implicadas en la diseminación de semillas a larga distancia, con el fin de caracterizar la dirección de la dispersión, la frecuencia de interacción entre aves y plantas y las especies con mayor impacto en este proceso. Este estudio se ha llevado a cabo en los biomas mediterráneo y templado de Europa, en comunidades de diversas regiones de Portugal, España, Reino Unido, Alemania, Italia y Polonia.
La mayor dispersión de semillas se produce hacia el sur. Mal asunto…
El estudio muestra que un 86% de las plantas son diseminadas por especies de aves cuando migran hacia el sur a finales de verano. Frente a sólo un tercio de especies diseminadas por aves en sus migraciones anuales hacia el norte a finales de invierno.
Según explica González-Varo “Para que una especie de planta sea dispersada por aves migran hacia el norte, tiene que tener frutos entre febrero y abril. Las plantas con frutos en este periodo se caracterizan bien por tener una fructificación muy larga, como ocurre en enebros, lentiscos, mirtos, acebuches o acebos, o bien por tener una fructificación muy tardía, como ocurre en las hiedras”.
Las aves que invernan en el sur de Europa son la clave
Aunque todas las aves migratorias de Europa migran en la misma dirección (de sur a norte en primavera y de norte a sur en otoño), este estudio ha demostrado que las aves con mayor potencial para dispersar plantas europeas hacia latitudes más frías son especies paleárticas, es decir, no cruzan el Sahara durante su migración, sino que invernan en el centro y sur de Europa o en el norte de África. Estas especies son, en general, muy comunes y abundantes en el continente europeo, como los petirrojos, las currucas capirotadas, los mirlos, y varias especies de zorzales.
“Aunque se trata de especies comunes, el potencial de dispersión de semillas al norte recae en solo un puñado de especies, algunas de ellas muy cazadas en la Cuenca Mediterránea, tanto legal como ilegalmente. Creemos que nuestro estudio da valor añadido a especies consideradas vulgares, ya que sobre ellas caería el peso de ayudar a las comunidades vegetales europeas ante el cambio climático” explica González-Varo.
Importancia para la conservación y las comunidades forestales futuras
Los investigadores sugieren que esta dispersión hacia nuevas áreas tendrá consecuencias para la composición de los bosques del futuro, ya que la las diferentes especies podrían no colonizar por igual nuevos territorios que les permita afrontar el aumento de las temperaturas. Por lo tanto, esta investigación es clave para comprender, detener y mitigar las pérdidas futuras de biodiversidad debido al cambio climático.
Esta investigación podrá verse complementada en el futuro con otros estudios que permitan analizar e alcance real de estos eventos de dispersión de semillas a larga distancia. . A este respecto, González-Varo nos adelantó su siguiente línea de investigación “Ya estamos equipando con emisores GPS de última generación a aves frugívoras migratorias para entender cómo migran a una resolución espacio-temporal detallada. Esto nos va a permitir estimar la dispersión de semillas por aves migratorias a una escala continental”.