Es ampliamente conocido que el Parque Natural de los Alcornocales está formado por alcornocales, quejigares y canutos que tapizan la gargantas umbrías de las sierras del Aljibe y el Campo de Gibraltar, en la provincia de Cádiz.
Estos bosques son muy apreciados tanto localmente, como de manera nacional, incluso siendo 2001 el mejor bosque de España por un panel de expertos. Sin embargo, en esta región aparece además otro tipo de vegetación muy extendido, pero que carente de árboles, y quizás por ello, está excluido de folletos informativos y guías naturalizadas. Esta vegetación es el brezal mediterráneo o herriza.
Entorno de la herriza o brezal mediterráneo
La herriza es un nombre local asociado a un brezal denso y achaparrado que se desarrolla sobre suelos escasos, de textura arenosa, ácidos y pobres en nutrientes. Estos suelos derivan de las areniscas del aljibe y se encuentran, sobre todo, en cumbres o crestas montañosas de estas sierras.
Los suelos de arenisca, raros en la cuenca mediterránea, aparecen en las sierras de ambos lados del estrecho de Gibraltar, y contrastan con los suelos margo-calizos y arcillosos que lo rodean, más fértiles de pH neutro. Es decir, los suelos de la herriza constituyen verdaderas islas edáficas de pH ácido e infértiles.
La herriza se asocia a un clima mediterráneo, pero más suavizado, debido a la influencia del mediterráneo y los vientos del levante, muy frecuentes en verano, que crean nubes de estancamiento.
La herriza tiene una alta conexión florística con el brezal atlántico europeo, sin embargo, su enorme biodiversidad y singularidad botánica le confieren una entidad propia.
Está formada por arbustos adaptados a las condiciones climáticas adversas y de distribución restringida. El brezo más abundante es la Erica australis. Como ejemplo de especie endémica están los jaguarzos (Cistus populifolius subsp. major), la robledilla (Quercus lusitanica) o el atrapamoscas (Drosophyllum lusitanicum).
El fuego para el brezal mediterráneo
Las especies vegetales que constituyen la herriza mantienen sus semillas latentes en el suelo durante años y tan solo germinan tras el fuego La ausencia de fuego en este ecosistema evita el recambio generacional de las poblaciones de flora, provocándose un envejecimiento del hábitat y, finalmente, su colapso. Esto indica que la herriza es resistente a los incendios y, además, es vulnerable a su ausencia. La supresión de los incendios supondría una amenaza para este ecosistema.
Sin embargo, esto no justifica el uso de fuego para su manejo y conservación. Esto no es posible debido al peligro que supone para las personas o la industria del corcho, que desaconseja esta práctica.
Por otro lado, es necesario comprender la importancia de esta relación ecológica entre el fuego y la herriza y aplicarse en los planes de recuperación de este ecosistema tras un incendio. En este caso, tras un indicio no sería necesario ningún plan activo de restauración, basta con procurar que la zona no vuelva a incendiarse en, al menos, 10 años.
Además, es importante tras un incendio, excluir la entrada de animales herbívoros (tanto silvestre como doméstico) que ejercen una gran presión sobre la vegetación en pleno desarrollo. Esta presión de herbivoría limita la regeneración natural de la herriza.
La importancia de este ecosistema único en el campo de Gibraltar
La herriza o brezal mediterráneo posee una gran biodiversidad y singularidad botánica debería ser un factor lo suficientemente importante como para apreciar su enorme valor ecológico y la necesidad de conservarlo. Sin embargo, tradicionalmente este ecosistema no ha recibido la importancia que merece.
Este entorno se consideraba como una etapa de degradación del bosque de escaso valor ecológico y paisajístico. De hecho, muchas zonas, hasta hace poco años, se han considerado óptimas para la reforestación con pinos (sobre todo Pinus pinaster). En la actualidad la mayoría de estas plantaciones están abandonadas por su escaso rendimiento económico.
Estos pinares, además de estar ocupando un suelo propio de herriza, suponen una amenaza para este ecosistema único. Las acículas del pino (pinocha) que tapizan todo el suelo, cubren el brezal. A esto se le suma la sombra que generan las altas copas de los pinos, ocasionándose el colapso de la herriza.
Conservación de la herriza en el Parque Natural de Alcornocales
La herriza mejor conservada se encuentra en el Parque Natural de los Alcornocales y, de ningún modo debe ser concebido y tratado como un ecosistema degradado sin valor alguno de conservación.
Sus altos niveles de endemicidad, su alta biodiversidad y su belleza paisajística, convierten a la herriza en un hábitat único no solo a nivel nacional, sino europeo y en la cuenca mediterránea. Este hábitat debe tener nombre propio como lo tienen los alcornocales, quejigares y canutos y ser incluido dentro de proyectos de conservación locales, regionales y europeos.