
Al sur de la península ibérica nos encontramos con una abeja solitaria muy peculiar que tan solo se alimenta del néctar de una planta. Esta abeja recibe el nombre científico de Flavipanurgus venustus, un insecto que tan solo se alimenta de la jara rizada (Cistus crispus), como se puede ver en la foto. Desde la Estación Biológica de Doñana y junto a otras universidades, Juan P. González-Varo, del grupo de investigación FEBIMED, ha llevado a cabo una investigación para saber más sobre esta especialización.
Esta abeja solitaria depende de la jara rizada
El estudio reveló que mientras el insecto de estudio visita en un 99,9% la jara rizada, la jara recibe visitas de 85 especies de insectos distintas (Gráfico 1). Con esta investigación buscaron conocer los mecanismos y las causas de por qué este insecto tan solo selecciona la jara rizada de entre el resto de plantas de su nicho ecológico y del resto de especies, concretamente, del género Cistus.

Descubrieron que la respuesta era la reflectancia de la luz ultravioleta que emite la flor de la jara rizada ya que las abejas tienen la capacidad de reconocer estas señales tan específicas. Paralelamente, en consecuencia de la dependencia total del insecto a esta flor, se confirmó la hipótesis de que el periodo de floración de la jara coincide con el periodo de vuelo del insecto. También que la densidad de la abeja varía en función de la densidad de la jara.
Conservación de la abeja solitaria Flavipanurgus venustus
A esta abeja solitaria podemos localizarla tan solo en las provincias de Huelva, Sevilla, Cádiz y Málaga, y parte del sur de Portugal. La suma de una distribución reducida, su alimentación tan especializada y la alteración de su ecosistema por incendios y la agricultura, supone una gran amenaza para la especie. Es por esto que Flavipanurgus venustus está clasificado en la lista roja de la UICN como en preocupación menor (de la traducción de “least concern”) en el último informe de 2012. Por ello, preservar la jara rizada supone una potente herramienta de conservación de este insecto tan especial.
Tanto la jara rizada como la abeja solitaria podemos encontrarlas en un ecosistema único llamado la herriza, un tipo de brezal seco europeo de alta biodiversidad a pesar de poseer suelos pobres. En este ecosistema se están llevando a cabo otras investigaciones por parte del grupo de investigación FEBIMED dentro de los proyectos ARTROHER y POLINHER. Estos proyectos están financiados por la Fundación Biodiversidad, la Universidad de Cádiz y Endesa, y su objetivo es estudiar y conocer en mayor profundidad los artrópodos polinizadores y no polinizadores de la herriza.