
En este episodio de PLANETA AGUA nos desplazamos en busco de uno de los mamíferos más amenazados del planeta: la Foca Monje del Mediterráneo (Monachus monachus). Para conocer más sobre este fascinante animal contamos en este episodio con Fernando Aparicio, uno de los expertos que componen el equipo del programa de conservación de la Foca Monje.
Te dejamos más abajo el reproductor del podcast y la entrevista por escrito.
Podcast de Planeta Agua sobre varamiento de cetáceos
Te dejamos aquí el reproductor del programa número 11 del podcast Planeta Agua, dirigido por Natalia Pérez Valle, sobre la foca monje del mediterráneo. Entrevista realizada a Fernando Aparicio.
Escucha»Foca Monje del Mediterráneo con Fernando Aparicio | Planeta Agua #11″ en Spreaker.Entrevista a Fernando Aparicio sobre la foca monje del mediterráneo
Hola Fernando, bienvenido a Planeta Agua y muchísimas gracias por acompañarnos en este episodio.
Hola Natalia, gracias a ti por la invitación.
Para comenzar, ¿podríamos situar a la Foca Monje del Mediterráneo taxonómicamente?
Dentro del grupo de los pinnípedos (Orden: Carnivora; Suborden: Caniformia; Superfamilia: Pinnipedia), la Foca Monje pertenece a la familia Phocidae, las conocidas como “focas verdaderas”. Se caracterizan, en líneas generales, por carecer de pabellón auditivo y por tener sus extremidades dirigidas hacia atrás; extremidades, por cierto, no funcionales en el medio terrestre. Estas características las diferencian de los otaríidos (Familia Otariidae), familia a la que pertenecen lobos y osos marinos. La familia Phocidae está compuesta por 33 especies y dentro de ella las focas monje son una rareza por ser las únicas focas que habitan en regiones tropicales y subtropicales. Hasta nuestros días (y con «nuestros días me refiero desde mediados del siglo XX hasta la actualidad), han llegado 3 especies de focas monje: la Foca Monje del Caribe (Neomonachus tropicalis), que fue muy abundante en el pasado y que se extinguió a mediados del siglo XX; la Foca Monje de Hawai (Neomonachus schauinslandi); y la Foca Monje del Mediterráneo (Monachus monachus). Ambas especies se encuentran amenazadas en la actualidad.
Luego hablaremos un poquito más de su distribución actual pero, originalmente, ¿cuál era la distribución de la Foca Monje del Mediterráneo?
Por un lado, aparecía en toda la cuenca mediterránea y del Mar Negro, incluida toda la costa mediterránea de la Península Ibérica; por otro lado, en el Atlántico, su área de distribución ocupaba la costa noroccidental de África desde Mauritania hasta el Estrecho de Gibraltar e incluía las islas de Cabo Verde, Islas Canarias y Madeira.
Vamos a intentar conocer un poquito más a estos animales. ¿Qué tamaño alcanzan los individuos de esta especie?
Es una foca grande, de hecho, es una de las especies de foca más grandes que existen. Los ejemplares adultos alcanzan los 2,5 metros y un peso de unos 300 kg de media y las crías entorno a 1– 1.10 y un peso de unos 20 kg al nacer.
¿Existe dimorfismo sexual dentro de la especie? ¿Podemos distinguir fácilmente machos de hembras?
Sí que existe dimorfismo sexual, no tanto en el tamaño aunque los machos son ligeramente mayores que las hembras, como en diferencias en la morfología y en el pelaje. Curiosamente, estas diferencias han sido descritas no hace mucho tiempo.
Las crías cuando nacen son negras, con una mancha ventral blanca. Mantendrán este pelaje hasta los 2 meses y medio de edad y, a partir de ahí, cambian a un pelaje gris. Las hembras permanecerán con ese pelaje gris durante toda su vida, mientras que los machos, recuperarán el color negro y la mancha ventral a los 4-5 años al alcanzar la edad adulta.
¿Qué nos podrías contar sobre el período de reproducción de esta especie, Fernando?
Para empezar, el período de reproducción en todo el área de distribución de la especie se concentra en el otoño, en los meses de octubre y noviembre, aunque en Cabo Blanco el período es un poco más flexible. En Cabo Blanco tenemos nacimientos prácticamente desde el mes de marzo hasta finales de año, con un pico entre octubre y noviembre. Estos animales tienen una cría al año y un periodo de lactancia excepcionalmente largo dentro de la familia Phocidae; hablamos de un periodo de aproximadamente 4 meses. En cuanto a la madurez sexual, depende de las poblaciones, pero, por ejemplo, en la población de Cabo Blanco – que es la más conocida- a los 3 años las hembras son maduras. Sin embargo, en Madeira estamos viendo que hasta los 6-7 años las hembras no son maduras. Seguramente esto tiene que ver con una menor disponibilidad de alimento.
Actualmente, la Foca Monje se reproduce en cuevas. Tienen una filopatria muy acentuada, son muy fieles a sus lugares de reproducción. Por ejemplo, en Cabo Blanco, los nacimientos se producen solo en dos cuevas separadas entre sí 1 km de distancia, aproximadamente. Lo mismo ocurre en Madeira, donde hay solo 2 cuevas en las que se producen los nacimientos.
En esas cuevas de reproducción, ¿forman grupos en los momentos de nacimiento?
Esta especie, originalmente, era muy gregaria. Existen relatos de los siglos XV y XVI en el Atlántico de navegantes europeos y españoles que encontraron grandes colonias de esta especie. Curiosamente, estas descripciones apuntaban a grupos agregados en playas a cielo abierto, no en cuevas, por lo que probablemente ese era el hábitat original de la especie. En agregaciones que, probablemente, iban de cientos a miles de individuos en algunos casos. Un ejemplo de estas grandes concentraciones se daba en Canarias, en la llamada “Isla de Lobos”. La Foca Monje era conocida como “lobo marino” y se sigue conociendo así en muchos lugares. En la Isla de Lobos, situada entre Lanzarote y Fuerteventura, está documentada la presencia de una gran población de estos animales y de ahí el nombre que se dio a la isla. Otra gran colonia estaba documentada en la costa occidental africana. Estas grandes colonias fueron aprovechadas para el comercio de grasa y piel y tras ser objeto durante muchos siglos – primero en el Mediterráneo y luego en el Atlántico- de una gran persecución, fueron desplazadas de su hábitat llevando a la especie a utilizar lo conocido como “hábitats refugio”, que son las cuevas que comentaba anteriormente. Esto ha conllevado también a que el área de distribución de la especie haya cambiado y las grandes agregaciones ya no existen, salvo en Cabo Blanco.
Ese comportamiento gregario, más acentuado en el pasado, ¿lo mantienen en el agua? Quiero decir, cuando van al agua a pescar, ¿también forman grupos o tienen una vida más individual, más solitaria?
Es un tema que aún no está bien entendido. Desde el 2007, hemos marcado un montón de ejemplares en Cabo Blanco y en Madeira, que han aportado la primera información del uso del medio marino que hace la especie. Desde luego, en el agua, no van en grupo, pero, a día de hoy, no está claro si las crías tienen un periodo en el que sigan a las madres o a otros ejemplares adultos porque sería necesario marcar un número suficientemente grande de ejemplares en una misma población y ver si coinciden en el tiempo, lugar y rutas de alimentación.
Y ahora que nos mencionas la alimentación, ¿de qué se alimentan?
Ahora sabemos que es una especie oportunista y una cosa que estamos viendo en los estudios de los últimos años es que es una especie de alimentación bentónica, es decir, que se alimenta principalmente en el fondo marino y, además, en unos fondos que no van más allá de los 200 metros de profundidad y, preferentemente, en fondos de 50-100 metros. Dentro de esos rangos de profundidad, cualquier especie del fondo marino que pueda capturar, pasa a formar parte de su dieta.
Y…¿cuáles son sus depredadores naturales?
A día de hoy, prácticamente es una especie que por lo que sabemos no tiene depredadores naturales. En el caso de la Foca Monje de Hawái, un pariente relativamente cercano, tiene a los tiburones como depredadores naturales, sobre todo para las crías. Es bastante frecuente ver animales con mordeduras y signos de haber sido atacados por tiburones. Sin embargo, nosotros nunca hemos registrado esto en las poblaciones atlánticas y mediterráneas. En Cabo Blanco sí que hemos podido observar orcas cerca de las poblaciones pero nunca se han registrado ataques de estas orcas. Ya sabemos que las poblaciones de orcas están sumamente especializadas en un determinado tipo de presa y si estas orcas que transitan la zona no tienen a las focas como parte de su dieta, no las van a cazar.
La especie que sí ha supuesto y supone una amenaza para estos animales es el ser humano. Nos has dicho al principio que se trata de una especie amenazada, pero, ¿en qué categoría de amenaza se encuentra en la actualidad ?
Tras una revaluación del estado de conservación en 2015, pasó de estar “críticamente amenazada” (el rango más alto de amenaza) a “amenazada”. Los criterios a los que obedece este cambio de categoría es que en los últimos tiempos hay indicios de que se está produciendo un aumento de población en las subpoblaciones de esta especie. Es un cambio de criterio que se recomendó revaluar en el año 2020.
¿Cuántos ejemplares se estima que hay en la actualidad?
Se estima que hay unos 700 ejemplares a nivel mundial. El problema es que toda esta población esta dividida en subpoblaciones o metapoblaciones que no están conectadas. Por ejemplo, en el Atlántico, hay 2 poblaciones: la de Cabo Blanco (situada en la zona fronteriza entre Mauritania y Marruecos) y la de Madeira. Ambas poblaciones están separadas por 1500 km y sin ningún tipo de conexión entre ellas. A nivel de conservación son poblaciones aisladas totalmente. Esto mismo ocurre en el Mediterráneo. La especie parece estar dividida en pequeñas subpoblaciones. De hecho, a lo largo del siglo XX, las poblaciones del Mediterráneo más occidental, se fueron extinguiendo y solo quedan focas en Grecia, Turquía y Chipre (lo que es el mar Egeo, el Jónico y un poco la costa levantina turca).
Desde un punto de vista demográfico, las poblaciones que están bien estudiadas son las de Cabo Blanco y las de Madeira. En Cabo Blanco, ahora mismo tenemos casi 400 ejemplares. Además, la especie ha experimentado una gran recuperación tras la mortandad masiva que hubo en 1997, que redujo el número de individuos de aproximadamente 300 individuos a 109. En Madeira, recientemente, gracias a un proyecto LIFE que hemos desarrollado la Fundación CBD-Hábitat junto con el Instituto de Forestas y Conservación de la Naturaleza de Madeira, el último censo, realizado en diciembre de 2018, registró 21 individuos, así que hablamos de una población muy pequeñita. En el Mediterráneo, como decía antes, no es tan bien conocida y se estima que existen entre 350 y 400 animales en todo el área de distribución en el que queda la especie. Ahora es cuando se están haciendo grandes esfuerzos por evaluar y conocer de una forma más precisa cuál es el estado de estas poblaciones.
Fernando, nos dabas ya alguna pista de por qué esta especie ha llegado a estar amenazada, pero, ¿nos puedes contar un poquito más sobre la historia que ha llevado a esta especie al crítico estado de conservación en el que se encuentra?
En primer lugar, la persecución humana. Como comentábamos previamente, la Foca Monje fue perseguida durante mucho tiempo por su grasa y su piel. Esta persecución tuvo lugar mucho antes en el Mediterráneo que en el Atlántico y en este último comenzó entre los siglos XV y XVI, por ello está mejor documentado.
En segundo lugar, la perdida de hábitat. Probablemente esto es un fenómeno más reciente, pero a medida que la presencia humana se ha ido extendiendo en las costas, la especie se ha tenido que ir retirando en las zonas en las que resultaba más vulnerable y ha pasado a usar esos hábitats refugio de los que hablábamos.
Otro tipo de persecución que se mantiene a día de hoy, sobre todo en el Mediterráneo y que ha tenido un impacto muy negativo sobre la especie, ha sido la persecución deliberada por la competencia que puede suponer la especie por los recursos pesqueros. Y, como ocurre con otros mamíferos marinos, la pesca tiene también efectos negativos no tanto por la persecución directa, sino por la captura accidental de ejemplares que quedan enmallados con redes y otras artes de pesca.
Con todo esto, el rango de distribución de la especie se ha ido reduciendo hasta tener unas poblaciones muy localizadas. Estas poblaciones tan pequeñas y tan localizadas son muy vulnerables, ya que cualquier fenómeno de carácter local que pueda afectarlas puede tener consecuencias muy negativas sobre la especie. Además, el hábitat refugio que han pasado a ocupar, esas cuevas de las que hablábamos, representan un problema para la especie, al menos en el Mediterráneo: suponen tasas de mortalidad inusualmente altas en las crías. Las playas interiores de las cuevas donde están las crías están expuestas a los cambios de marea y a la fuerza del oleaje. Esto puede suponer un problema para las pequeñas crías que, ante una subida de marea muy alta o un fuerte temporal, quedan indefensas y pueden morir.
Una cosa muy curiosa que nos has comentado es que en nuestras propias costas, en la isla de Lobos, hemos tenido a esta especie. ¿De cuándo son los últimos registros de estos animales en esta zona?
Los registros son muy recientes. A mediados del pasado siglo aun hay registros en diversos puntos de la costa mediterránea de la Península Ibérica y de las Islas Baleares. Y en tiempos similares también quedaba algún registro en las Islas Canarias.
¿Por qué se sabe tan poco sobre esta especie o se está empezando a descubrir tan recientemente con lo cercana que es a nosotros según el uso del hábitat que nos estás describiendo que hace?
Porque es un animal que a nuestros días, hablo del siglo XX, ha llegado siendo un animal tremendamente escaso. Fue un animal tan perseguido en épocas pasadas, que pasó a esos hábitats refugio de los que hablábamos, esas cuevas costeras en las que el acceso ya no es tan sencillo como sí lo eran las playas abiertas en las que probablemente se encontraban en el pasado. Así que podríamos decir que estas son las razones, su escasez en nuestros tiempos y el tipo de hábitat tan inaccesible para nosotros que tiene en la actualidad. La mayor parte del conocimiento que tenemos de la especie actualmente se debe al proyecto de conservación desarrollado en Cabo Blanco, donde como en otros lugares se refugian en cuevas, pero son cuevas bastante abiertas, con un acceso un poco menos complicado y donde, además, se concentra un gran número de animales.
Bueno, pues hablemos de este programa de conservación de la Foca Monje del Mediterráneo. ¿Cuándo y cómo nace este programa?
El precursor está en Cabo Blanco. En el año 1995, se inició allí un proyecto LIFE que estudiaba la viabilidad de una posible reintroducción de las focas desde Cabo Blanco a Canarias, llevado a cabo el Ministerior de Medio Ambiente de España, la Universidad de Las Palmas, en Gran Canaria, y la Universidad de Barcelona. Ese fue el germen. Después hubo un segundo proyecto y entre el 95-99 fue cuando se establecieron un poco las bases del estudio de las focas, de la monitorización de esta población como para aplicar medidas de conservación de esta especie. Después de este proyecto, la Fundación CDB-Hábitat recogió el testigo y se ha continuado trabajando en Cabo Blanco hasta el día de hoy. En esta nueva etapa de la Fundación, continuamos nuestra labor mucha parte del equipo que empezó en los proyectos LIFE iniciales.
Y…¿Qué líneas de trabajo seguís ahora mismo?
En Cabo Blanco, hemos establecido una reserva participativa acordada con los pescadores locales en la línea de costa que protege el entorno inmediato de las cuevas de cría. En esta reserva, tenemos un equipo permanente de vigilantes y de técnicos locales, que vigilan la reserva, monitorizan la población permanentemente en las 2 cuevas de cría y en una tercera cueva que es utilizada por los individuos como zona de descanso. En todas las cuevas se han instalado cámaras de videovigilancia que permiten ver a tiempo real lo que ocurre en la cueva (ver si ha nacido una cría, identificar a los ejemplares, hacer un seguimiento de los mismos…). Se hace un seguimiento de la población identificando individualmente a los animales y, a partir de ahí , se construye un observatorio demográfico de la población de tal forma que los principales parámetros demográficos de la misma se conocen bien y se puede seguir su evolución a lo largo del tiempo. Toda esta información se pone al servicio y se coordina con las autoridades competentes. Además, siempre se ponen en práctica diversos programas participativos y de ayuda a sectores delicados como la pesca artesanal. Se trata de que cualquier sector implicado participe, sea consciente de la importancia de la especie, de su gestión, de conseguir medidas compensatorias cuando sea necesario, sensibilización social… todo esto en Cabo Blanco.
Por otro lado, estamos trabajando también en el resto del área de distribución de la especie. Como te he dicho, mucha parte del conocimiento y mucha aplicación de metodologías ha tenido lugar en Cabo Blanco, no por nada, sino porque se dieron unas condiciones que probablemente hicieron más fácil todo esto. Esto ha permitido que a partir de aquí se aplique en otras zonas. Desde el 2012 trabajamos con las autoridades de Madeira y se ha conseguido caracterizar la población de allí. Más recientemente estamos implicados en proyectos en el Mediterráneo en la misma línea: exportación de metodologías, asesoramiento técnico, planes de gestión, colaboración con los grupos que están trabajando sobre el terreno…
Así que ahora mismo existen esas dos vertientes, el trabajo que se esta realizando en Cabo Blanco y la exportación de todo lo realizado al resto de áreas de distribución.
La fase de monitorización de la que nos hablas es fundamental para lo que viene después, ¿no? Es decir, para poder aplicar medidas de conservación.
Sí, siempre pongo el mismo ejemplo: una especie amenazada, si lo llevamos a términos médicos humanos, ces un enfermo en la UCI. Lo primero que tienes que hacer para determinar ese estado de amenaza es realizar un buen diagnóstico al enfermo, cuál es su situación y qué problemas tiene. Solo a partir de ahí se puede empezar a construir. Primero necesitamos información fiable, robusta, rigurosa, de cuál es la situación de la especie y qué problemas tiene y una vez entendido esto, podemos buscar dónde están las claves para poner solución a los problemas y cómo se puede hacer, es decir, solo a partir de una buena base de conocimiento de la especie y de sus problemas, podemos planificar y aplicar herramientas de conservación que sean eficaces. Por todo esto, la fase de monitorización es un paso clave y esencial en el proceso de conservación. Aparte, tiene otra ventaja: si yo se cuál es la situación de partida, la línea de base y he planificado unas herramientas de conservación, la monitorización me permite conocer la respuesta que tiene la especie a las medidas que se van aplicando. Volviendo al símil del enfermo de UCI, habrá que hacer un control de cómo responde a los medicamentos o cirugía realizados. Si responde positivamente a alguno de ellos o se va de las manos, etc.
Hemos dicho que es una especie muy ligada a costa, a profundidades no superiores a los 200 metros, pero, ¿cambian de costa? ¿se mueven? Quiero decir, ¿realizan migraciones?
Se han hecho grandes avances en el conocimiento tanto de la demografía de la especie, como en el uso del hábitat que hace y eso esta dando grandes claves muy interesantes para gestionar estas poblaciones.
Hasta el año 2007, el desconocimiento del uso que hace la foca del hábitat marino era total. Una vez que la foca entra en el agua, no se sabia nada, ni donde iba, ni donde se alimentaba…fue necesaria desarrollar una tecnología de marcaje específica para estas focas. Desde el año 2007, podíamos marcar las focas con registradores GPS y con registradores de tiempo y profundidad que, básicamente, nos dan información 24 horas al día durante periodos de hasta un año completo, indicándonos en cada segundo a la profundidad exacta a la que se encuentra el animal. De esto se puede extraer información muy valiosa, como por ejemplo, estrategias de alimentación, patrones diarios o estacionales…todo este tipo de datos ha proporcionado información realmente importante respecto a la especie. Por ejemplo, ahora sabemos perfectamente gracias a esto lo que te he dicho anteriormente, que la especie es una especie costera, sabemos su rango de movimientos, que no es muy grande. Por ejemplo, en Cabo Blanco, está en menos de 100 km desde las cuevas de cría y siempre ligadas a costa. En Madeira ha arrojado resultados un poco similares, quizás mas definidos por la insularidad y por lo abrupto que caen los fondos marinos muy cerca de costa y al ser una especie costera esto limita también sus movimientos. Pero lo que son movimientos migratorios, ninguno. Como te he dicho es una especie filopátrica, que tiene perfectamente fijada su distribución cerca de las cuevas de cría y reposo, sobre todo en hembras y juveniles. En el Atlántico al menos, no hay movimiento de animales a grandes distancias.
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Página del Programa de Conservación de la Foca Monje del Mediterráneo (Monachus monachus) dónde podéis encontrar cómo contactar con ell@s, más historia sobre el proyecto e inscribiros a su Newsletter: https://www.mediterraneanmonkseal.org/
Aspectos generales de la familia Pinnipedia: http://www.bio.sdsu.edu/faculty/BERTA_files/Berta_2009Pinnipedia,%20Overview.pdf
Cambios en la distribución de Monachus monachus en el Atlántico: https://www.researchgate.net/profile/Luis_Garcia145/publication/275103175_Prehistoric_and_historic_distributions_of_the_critically_endangered_Mediterranean_monk_seal_Monachus_monachus_in_the_eastern_Atlantic/links/5b5429af0f7e9b240ff97330/Prehistoric-and-historic-distributions-of-the-critically-endangered-Mediterranean-monk-seal-Monachus-monachus-in-the-eastern-Atlantic.pdf
Cambios en los patrones de coloración de Monachus monachus con la edad: https://www.researchgate.net/profile/Luis_Garcia145/publication/227720027_Changes_in_morphology_with_age_in_Mediterranean_monk_seals_Monachus_monachus/links/5bd08b8ca6fdcc6f79ff10f0/Changes-in-morphology-with-age-in-Mediterranean-monk-seals-Monachus-monachus.pdf
Uso del hábitat y evaluación demográfica preliminar de Monachus monachus en el Mediterráneo oriental: http://akdenizfoku.ims.metu.edu.tr/fok_yayinlar/Gucu_A_C_Gucu_G_and_Orek_H_2004.pdf
Captura accidental como amenaza para Monachus monachus: https://www.int-res.com/articles/esr2008/5/n005p205.pdf