
Los cambios en el clima que acontecerán dentro de este siglo XXI causarán pérdidas catastróficas en la biodiversidad del planeta. Un estudio llevado a cabo por la University College de Londres (UCL) la semana pasada, predice dónde y cuándo podría haber una grave alteración ecológica. Estas pérdidas de biodiversidad además nos serán graduales.
“Descubrimos que los riesgos del cambio climático para la biodiversidad no aumentan gradualmente. A medida que el clima se calienta, dentro de un área determinada la mayoría de las especies podrán hacer frente por un tiempo, antes de cruzar un umbral de temperatura, donde una gran proporción de las especies de repente se enfrentarán a condiciones que nunca antes habían experimentado”, alertaba el autor principal del estudio, el Doctor Alex Pigot del Centro de Investigación de Biodiversidad y Medio Ambiente de la UCL.
Nuestro compañero Juan María Arenas hace una reflexión al hilo de esta investigación en su podcast «Diario de un Ecólogo«, que puede escuchar aquí. Y no olvides también seguir leyendo el artículo
Escucha «Aplanar la curva de perdida de biodiversidad | Diario de un Ecólogo #18» en Spreaker.¿De dónde salen los datos?
En este estudio se tomaron datos climáticos entre los años 1850 y 2005 y los asociaron a los rangos geográficos de 30652 especies de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces y otros animales. Con esto buscaban conocer cómo se desplazaban estos animales con respecto a los cambios climáticos en las diferentes regiones, y así predecir que ocurrirá en el transcurso de este siglo XXI. “Los modelos históricos de temperatura, combinados con los rangos de especies, nos mostraron el rango de condiciones bajo las cuales cada organismo puede sobrevivir, hasta donde sabemos”, aclara el Doctor Christopher Trisos, primer autor del estudio.
Para ello, tomaron las proyecciones establecidas por modelos climáticos para cada año hasta el 2100. Con estos datos cuantificaron el número de especies que se exponían durante más de 5 años a un cambio de temperatura mayor al que han experimentado dentro de su rango geográfico. “Una vez que las temperaturas en un área determinada se elevan a niveles que la especie nunca ha experimentado, esperaríamos que hubiera extinciones, pero no necesariamente, simplemente no tenemos evidencia de la capacidad de estas especies para persistir después de este punto”, añade Trisos.
Lo que sucederá y está sucediendo
Tenemos dos escenarios. El primero de ellos se sustenta sobre las bases de un desarrollo humano como el que seguimos en la actualidad, es decir, un escenario de altas emisiones. Este escenario asume el aumento de 4ºC en las temperaturas globales para 2100. En estas circunstancias, los investigadores han descubierto que al menos el 15% de las comunidades de todo el mundo quedarán fuera de su nicho, expuestas de manera abrupta. Esto ocasionará daños irreversibles en los ecosistemas.
El segundo escenario asume tan solo un calentamiento global de 2ºC. En esta situación tan solo el 2% de las comunidades quedarían expuestas, aunque dentro de estas comunidades amenazadas se encuentran las de mayor diversidad del planeta, como los arrecifes de coral.
El colapso de los ecosistemas primero sucederá en los océanos tropicales, comenzando a observarse antes del 2030. El blanqueamiento masivo de los corales de la Gran Barrera de Coral en Australia, es un indicativo de que esto ya está comenzando. Más adelante, por 2050 el colapso comenzará en comunidades de bosque tropical y de latitudes más altas. Ejemplo de que esto también ya está sucediendo lo tenemos en el colapso de las comunidades de insectos de la Amazonía.
¿Qué podemos hacer para evitarlo?
“Nuestros hallazgos resaltan la necesidad urgente de mitigar el cambio climático, al reducir de manera inmediata y drástica las emisiones, lo que podría ayudar a salvar a miles de especies de la extinción. Mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC efectivamente ‘aplana la curva’ de cómo este riesgo a la biodiversidad se acumulará a lo largo del siglo, proporcionando más tiempo para que las especies y los ecosistemas se adapten al clima cambiante, ya sea encontrando nuevos hábitats, cambiando su comportamiento o con la ayuda de esfuerzos de conservación dirigidos por humanos” concluía Pigot.
El coautor del estudio, el Doctor Cory Merow, espera que estos hallazgos sirvan de alerta temprana para la población y active los mecanismos necesarios para adelantarnos a futuros acontecimientos. De esta manera, proyectos de conservación podrían centrarse en las zonas que más ser verán afectadas. Merow diciendo que “Puede ser valioso desarrollar un programa de monitoreo de diez años, similar a lo que hacen los científicos del clima, pero para la biodiversidad, que podría actualizarse regularmente en función de lo que realmente ocurre”.
Evitar una pérdida de biodiversidad, siendo realistas, es algo imposible. Lo único que podemos y debemos hacer es reducir esta pérdida.