
Desde Seo Bird Life presentaron un nuevo informe realizado en el marco del LIFE Guardianes de la Naturaleza, que analiza 272.655 registros de ingresos de aves en los Centros de Recuperación de Fauna (CRF) de todas las comunidades autónomas, entre 2008 y 2018, debidos a actividades humanas legales e ilegales.
La colisión contra líneas eléctricas aparece como la principal causa de ingreso en los CRF, con cerca de un 40% del total. La segunda es la captura ilegal de ejemplares (que incluye el expolio de nidos y el mantenimiento ilegal de ejemplares silvestres en cautividad), con más de un 20%. Otras causas significativas son la electrocución y el atropello, ambas con aproximadamente un 8%; los envenenamientos e intoxicaciones y la colisión con aerogeneradores, con cerca de un 5%, y los disparos ilegales, con más de un 3%.
Por primera vez, se analizan en España las principales causas del daño y mortalidad no natural de aves y en el informe se concluye que las actividades humanas están detrás del 59,5% de las heridas o muertes de aves.

En cuanto a las especies afectadas, el 64,82% de los registros corresponden a especies que figuran en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE) y el 6,78% a especies que están incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA).
Los datos que se registran en los CRF responden a las aves muertas o heridas que encuentran particulares o las autoridades que trabajan en el campo, como es el caso de los miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) o los agentes forestales y de medio ambiente de las distintas comunidades autónomas.
Estos registros reflejan, por tanto, una parte pequeña de la mortalidad o impacto real, pero permiten, aplicando una modelización matemática, realizar una estima más realista de aves muertas o heridas por causas no naturales en España. El modelo ofrece una horquilla amplia: entre los 25 millones y 100 millones de ejemplares al año.
“Incluso tomando como referencia la cuota baja de la horquilla, la cifra impresiona: cada año, las infraestructuras que instalamos en el medio natural y las actividades que desarrollamos en el campo, algunas de ellas prohibidas por la ley, están detrás de las heridas o muerte de al menos 25 millones de aves. Y lo cierto es que, en muchos casos, se trata de cuestiones subsanables, como es el caso de las colisiones o la electrocución en tendidos eléctricos.
Este informe muestra, una vez más, que mejorar la protección de la biodiversidad está al alcance de nuestra mano: de las administraciones, de las empresas y sectores y de todos nosotros, cuando salimos al campo o aprovechamos los recursos naturales”, señala la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.
Son precisamente las especies protegidas y amenazadas las que mayoritariamente ingresan en los CRF. El 22,66% de los registros, 77 especies, son especies que están incluidas dentro de las categorías de mayor riesgo de extinción en el Libro Rojo de las Aves de España, que recopila la última información sobre el grado de amenaza de cada especie.
Si atendemos a la protección legal, las especies afectadas también son mayoría. En concreto el 64,82% de los registros corresponden a taxones que están incluidos en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) y un 6,78% a especies que las administraciones públicas consideran oficialmente amenazadas y, por tanto, incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA). De ellas, una de las que más registros acumula es el Ave del Año 2023, el aguilucho cenizo, pero también se han identificado ingresos de águila imperial, milano real o el arao común.
Si atendemos al grado de amenaza según el Libro Rojo, destacan las cifras de cernícalo vulgar (En Peligro), que presenta una tasa de más de 1.000 registros/año, lo que, en parte, podría ayudar a entender el grave declive sufrido por esta especie durante los últimos años.
Por encima de 100 registros año aparecen dos especies incluidas en el Libro Rojo como En Peligro (pardela cenicienta mediterránea y milano real) y cuatro especies como Vulnerables.
Entre 10 y 100 registros/año figuran una especie En Peligro Crítico (arao común), siete En Peligro (águila imperial ibérica, martín pescador común, alcotán europeo, grajilla occidental, codorniz común, petrel de Bulwer y aguilucho pálido) y 10 Vulnerables. Entre 1 y 10 registros/año se cuentan nueve especies En Peligro Crítico, 15 En Peligro y 10 Vulnerables. Por debajo de un registro/año figuran cinco especies catalogadas como En Peligro Crítico, seis En Peligro y otras seis Vulnerables.
“Este estudio es un documento de referencia para guiar las actuaciones de las distintas entidades encargadas de la conservación de las aves, así como para establecer y priorizar las medidas necesarias para impedir la muerte de millones de ejemplares de avifauna todos los años debido a actividades humanas”, reafirmó David de la Bodega, responsable del Programa Legal de SEO/BirdLife.