
Actualmente se calcula que hay unos 2500 lobos en la península ibérica. Los datos oficiales ofrecidos por la junta de Castilla y León anuncian una cierta recuperación de la población, pero no hay realmente unanimidad científica que avale estas estimas. Esto es así debido a que, con los lobos no se hacen censos contando a los individuos como tal. Sin embargo, se hacen estimas poblacionales teniendo el número de manadas y la media de individuos por manada. Aunque realmente lo importante no es cuántos lobos hay, sino cuantas manadas hay, ya que estas son las unidades reproductivas.
¿Por dónde se mueve el lobo?
La principal población se sitúa en el noroeste de la península, es decir, en Zamora, al norte del Duero. También al sur de Galicia y León. La Sierra de la Culebra, situada en Zamora, es la zona que rápidamente nos viene a la mente si hablamos de lobos. En esta zona han conseguido coexistir humanos y lobos desde antaño, por lo que nunca ha desaparecido la especie en esta sierra.
Al sur del Duero la especie llegó incluso a extinguirse en muchos sitios. Actualmente está estrictamente protegida y ha recuperado territorios en el sur Castilla y León, la Comunidad de Madrid y Guadalajara. Al este, en la zona de Aragón, solo hay una presencia ocasional de lobos que han llegado a través de los Pirineos, descendientes de lobos de genética italiana. «Por qué son capaces de cruzar los Pirineos y no de llegar desde el oeste de la península es algo a analizar», señala Blanca Berzosa, del equipo de comunicación en WWF en proyectos de grandes carnívoros, durante la conversación mantenida en el programa 47 podcast Actualidad y Empleo Ambiental sobre la situación del lobo en España.
Legislación: ¿son cazables o no?
Al norte del Duero, los lobos se encuentran en un situación conocida como protegido “gestionable” y “gestionable en Castilla y León significa cinegético”, añade Berzosa. En otras regiones, como Asturias, el lobo también es una especie gestionable, pero no cinegética. Los individuos son cazados, pero desde la administración. Al sur de Duero es una especie estrictamente protegida aunque, en el caso de Castilla y León, sometida excepcionalmente a controles de la Administración, no exentos de polémica.
Fronteras de dispersión en forma de comunidades autónomas
Los lobos por tanto no son capaces de ir desde Castilla y León hacia el Este. “En País Vasco, hace pocas semanas, el lobo fue declarado especie protegida, que hasta ahora no lo era. Este es un sitio clave ya que, aunque la Directiva Hábitats diga que al norte del duero es una especie gestionable, se ha de cumplir el Estado de Conservación Favorable, y este estado implica que se asegure que esta especie se asiente y se disperse”, nos cuenta Berzosa. Esto manifiesta la necesidad de asegurar la dispersión del lobo, conectando las poblaciones con parches potencialmente habitables y libres de amenaza.
¿Por qué el lobo es más abundante donde es cazado?
Berzosa nos cuenta que “Al norte del Duero hay una cultura de coexistencia con el lobo que ha permitido un equilibrio”. En estas zonas desde antaño se desarrollaron técnicas para evitar el daño en el ganado, trabajando con mastines o resguardando el ganado en la noche. Además, actualmente el turismo también aporta su lado positivo. Sin embargo, en la mitad sur de España la cultura es distinta, la figura representativa son más bien las dehesas, y el manejo de la ganadería extensiva es diferente.
Por tanto, los factores que determinan la distribución del lobo son variados, “hay muchos factores que no son exclusivos de la especie sino que es una especie muy relacionada con factores socio-económicos”, destacó Berzosa.
Conflicto humano-lobo
Cuando hablamos de este conflicto, lo primero que viene a nuestra mente es el que se da entre el ganadero y el lobo, pero realmente “el conflicto es más bien entre el mundo urbano y el mundo rural”, matiza Berzosa. El lobo causa daños, pero no es la causa principal del declive del mundo rural..
“Sacar a la especie del conflicto social es muy difícil”
Blanca Berzosa, del equipo de comunicación en WWF en proyectos de grandes carnívoros.
“La clave es que no haya daños, no que no haya lobos”, recalca Berzosa, que considera que sería el equilibrio perfecto entre ambas especies. Destaca que esto se está aplicando en provincias como Zamora o León, donde aunque pueden producirse daños, estos se minimizan considerablemente. siguen produciéndose daños
Berzosa añade que estos daños se pueden minimizar “hasta tal punto que los daños sean asumibles o que las indemnizaciones por esos daños sean muy bajas, y que el dinero vaya principalmente a la prevención”. El dinero para prevención es el destinado a mantener un grupo de mastines y la construcción de refugios, gastos más allá de las indemnizaciones. Prevenir mejor que curar, para así evitar la picaresca de quienes quieren aprovecharse de las ayudas simulando ataques o descuidando a su ganado, además de evitar ataques que suponen un daño emocional para el pastor. “Un pastor me decía que desde que tiene mastines duerme tranquilo”.
Berzosa nos desvela la clave de esto: “Al final se trata de trabajar porque exista esa coexistencia. Que tanto el lobo como los ganaderos puedan existir sin que implique una pérdida”.
¿Los cazadores son un problema?
“El trabajo que se lleva con el lobo no es como el que se lleva con el lince ibérico en el sur”, nos dice Berzosa.La caza al norte del Duero aporta riqueza económica, pero la gestión y la propiedad del territorio es diferente, no hay grandes fincas cinegéticas como en el sur.
Ecologistas extremistas: ¿ayudan realmente?
En muchas ocasiones la opinión de ecologistas llevadas al extremo son contraproducentes. El principal problema en los conflictos de cualquier índole, y que en la problemática lobo-humano también se da, es la falta de entendimiento. El objetivo final es encontrar un equilibrio entre todos los sectores implicados, por el bien de la especie.
El confinamiento para el lobo
El lobo es un animal curioso, pero muy esquivo y huidizo, por lo que no suele acercarse a lugares con presencia humana. Años atrás, en las zonas rurales había mucho movimiento tanto en los pueblos, como en las inmediaciones y en el propio monte, por ello el lobo evitaba estas zonas. Ahora con la España vaciada, muchas zonas se han abandonado y el lobo no detecta la presencia humana desde tan lejos.
Se ven noticias de avistamientos de lobos durante el confinamiento, pero no más que cuando no estábamos encerrados en casa. También sería algo normal divisar individuos de lobo en estas circunstancias ya que tienden a expandir su territorio si no detectan peligro, algo totalmente natural.
Proyecto LIFE EuroLargeCarnivores
Blanca Berzosa trabaja dentro del Proyecto LIFE Eurolarge Carnivores, en el que participan 16 países de manera cooperada en la resolución de conflictos. De esta manera se intercambian experiencias vividas en cada país para servir de ejemplo a la hora de actuar, y así evitar errores. También facilita el poder conservar a las poblaciones transfronterizas, algo difícil al tener distintas legislaciones en cada país.
Este proyecto no lleva trabajo de campo como tal con la especie, sino que realizan seminarios con ganaderos también reuniones con periodistas para conseguir que la imagen del lobo no se vea distorsionada. En estos mismos seminarios en muchas ocasiones se llega a una solución mediante el diálogo.Un ejemplo de éxito de este proyecto es el caso de un joven ganadero de Zamora, protagonista del documental “En Tierra de Todos”. Este hecho revolucionó los periódicos anunciándose a Zamora como una región digna de admirar por conseguir la coexistencia entre el lobo y la ganadería extensiva.
Puedes escuchar la conversación completa entre Blanca Berzosa, Juan María Arenas y Enoch Martínez en el siguiente reproductor:
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