
Dentro de la pandemia por el Covid-19, muchos sectores económicos se están viendo amenazados, pero unos más que otros. Todos vemos en las noticias como los grandes supermercados han sido saqueados por la población por el temor a quedar sin alimentos. Estos grandes supermercados no tienen este problema, volverán con mercancía cada semana y seguirán ingresando ganancias. ¿Y qué ocurre con los mercados de abastos? ¿Y con la tienda de alimentación de enfrente de tu casa?
Llamamiento a los ciudadanos
Antes esta situación, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) ha decidido tomar cartas en el asunto y ha elaborado un documento con el fin de sensibilizar y orientar a la población hacia un consumo de productos y servicios en establecimientos municipales o tiendas de barrio que incluyan entre sus ofertas productos locales o de proximidad.
En este documento, además de sugerir un consumo local de productos y servicios, la SENC recomienda que estos productos sean lo más saludables posibles. En tiempos de confinamiento nuestro cuerpo debe recibir los alimentos adecuados para mantener un buen estado de salud, un sistema inmunológico óptimo, un peso saludable y un equilibrio emocional. Además sugiere buenos hábitos de sueño y actividad física.
La solidaridad en todos lo ámbitos
La SENC recalca el papel fundamental que tenemos los ciudadanos en evitar la desaparición de pequeños comercios, negocios familiares, mercados de proximidad e incluso iniciativas del sector primario que ha desarrollado nuestro pueblo, ciudad o comunidad autónoma.
Con esto quiere llamar al ciudadano a llevar a cabo la solidaridad colaborativa, es decir, “una opción de compromiso social y de futuro, una defensa de la Dieta Mediterránea, de nuestra gente, de nuestro paisaje y de nuestra cultura. En el contexto actual es imprescindible proponer un apoyo alimentario y social muy decidido con los más desfavorecidos por esta crisis sanitaria y social” según expertos de la SENC.
¿Cuáles son estas sugerencias para una compra saludable y solidaria?
Debemos diseñar un menú diario o semanal orientado a una alimentación sabrosa, saludable y sostenible. Establecer horarios y rutinas dentro de este confinamiento son consejos que no paramos de escuchar en las noticias y en redes sociales. Lo mismo para nuestra alimentación.
A la hora de hacer la compra ocurre lo mismo. Debemos ir con la lista de la compra preestablecida, de esta manera evitamos consumir de manera inconsciente. También preseleccionar el local de adquisición, estableciendo como primera opción los mercados de proximidad, tiendas de barrio o establecimientos con productos locales. Así apoyaremos a nuestros vecinos y conseguiremos que estos locales no desaparezcan. Si esto no es posible, priorizar el consumo en establecimiento que dispongan de productos de fabricación nacional, aún siendo empresas multinacionales.
A la hora de comprar, debemos priorizar lo alimentos frescos y de temporada y evitar los productos muy procesados o exportados desde lugares muy alejados de nuestro lugar de residencia. Incluso asegurarnos de la posibilidad de poder comprar los productos directamente al productor (agricultor o ganadero). Además, priorizar la calidad de los productos y evitar aquellos con un bajo valor nutricional.
En ocasiones visitan nuestras localidades mercados semanales que traen consigo productos artesanos y de proximidad. Aprovechar esta posibilidad para adquirir productos de gran interés cultural o gastronómico como una manera de apoyar al sector rural.
También podemos valorar si es posible cultivar en nuestros propios hogares. Puedes hacerlo en la huerta, la terraza o el balcón. Aprovecha que tienes este espacio para autoabastecerse. Además puede servir como un elemento educativo para los más pequeños y ser muy enriquecedor para la familia. También como entretenimiento si te tocó pasar el confinamiento solo/a.
Como última sugerencia, la SENC recuerda la necesidad de ser solidarios en estos tiempos, ayudando en tu familia, entorno o barrio a quienes necesiten ayuda alimentaria o personal. Recalca la importancia de ayudar de manera prioritaria a las personas mayores o con necesidades especiales en tareas como realizar la compra o asesoría de productos. Todo esto repercutirá positivamente en nuestra salud física, emocional, económica y social.