
La minería en aguas profundas es un “sub campo” que está en auge dentro de la minería experimental. Consiste en extraer los minerales de yacimientos del fondo oceánico.
Uno de los problemas principales que presenta este tipo de minería es la competencia con otros usos del espacio marino y el impacto ambiental que conlleva, sobre todo, teniendo en cuenta que la mayoría de yacimientos coinciden con zonas marinas protegidas.
La situación actual es que hay un interés comercial y económico muy elevado por estos yacimientos de minerales en el fondo marino pero existe una fuerte oposición debido a los efectos adversos que provocaría la extracción en el océano y los ecosistemas marinos.
Por tanto, ha de lograrse una solución o consenso internacional entre las grandes potencias que son favorables a la explotación y la conservación de los recursos que se encuentran en áreas marinas protegidas donde además existe una gran biodiversidad y son el hábitat de especies muy vulnerables.
La autoridad internacional de los fondos marinos está trabajando en esta línea para buscar soluciones que permitan la explotación de estos recursos sólo en aquellas zonas que no ponga en riesgo los ecosistemas marinos y la biodiversidad.
Estas son soluciones a nivel global que se han de determinar en conjunto y donde todas las grandes potencias tienen voto.