
¿Sabías que en Europa en el 2019 tan solo el 12% de los recursos materiales utilizados se reciclaron? El 88% restante se perdió. Estos números son desorbitados y contribuyen al incremento de riesgos climáticos consecuencia de la contaminación y al incremento de los recursos naturales, cada vez más escasos. Por ello, las empresas se han dado cuenta de que sus ganancias pueden verse gravemente afectadas si esta situación se sigue repitiendo. Estas han comenzado a activar la economía circular en sus negocios, usando maquinaria de gestión de residuos para intentar dar la vuelta a los porcentajes.
La transición de la economía lineal actual a una circular será lenta y costosa, pero es inevitable y cuanto antes nos demos cuenta, antes llegarán los beneficios del cambio.
Contribución ciudadana y empresarial en la economía circular
Hemos escuchado multitud de veces en las noticias y en nuestro entorno que los ciudadanos tenemos el poder de contribuir a un cambio en la economía del planeta con nuestras acciones y decisiones. Podemos usar en casa energía de empresas verdes, podemos consumir productos a granel, vender y comprar artículos de segunda mano, reducir los plásticos que usamos, etc.
Sin embargo, nuestras acciones tienen bastante poco poder a nivel planetario, lamentablemente. Se ha visto que las empresas son las que realmente tienen el poder de generar un cambio considerable, generando cambios en sus negocios.
¿Cómo pueden ayudar las empresas?
Lo principal para que las empresas entren en la economía circular es ciclar los residuos que generan, intentando que estos sean los mínimos al final del proceso. Ejemplos son las empresas de fábricas textiles que producen fibras con materiales orgánicos como el lino y el cáñamo, generando residuos que pueden usarse como biocombustible o se degradan con facilidad. Otras empresas se asocian a otras para intercambiar productos en los que para una de ellas son un residuo y para la otra es un producto. Un ejemplo son las empresas que generan zapatos a partir de neumáticos usados.
Para conseguir este intercambio de productos es necesario separar y almacenar correctamente los residuos. Esto se consigue mediante el uso de maquinaria de gestión de residuos como son las máquinas compactadoras o las prensas. Estas máquinas se usan para separar los plásticos de una empresa y compactarlos para poder transportarlos a otros lugares donde estos sean materia prima.
El futuro del planeta y la economía circular
No es momento para debatir si la economía actual del planeta necesita un cambio o no. Es momento de tomar cartas en el asunto y llevar a cabo la transición desde el actual sistema económico lineal hacia una economía circular que permita compaginar el bienestar del planeta y nuestra salud, con el desarrollo económico mundial. Esta transición no será sencilla ya que el sistema económico actual está muy interiorizado y es necesario cambiar todos y cada uno de los procesos que hasta ahora eran la norma.
Lo que está claro es que este proceso puede ser largo, lento, costoso y tal vez frustrante a corto plazo. Sin embargo, este proceso será más rápido y sencillo cuando las empresas sean conscientes que continuar con la economía lineal no hará otra cosa que reducir sus beneficios e incrementar el coste de sus materias primas. Incluso pueden ser más atractivos para sus clientes si llevan a cabo estos cambios. Además, pocos podrán mantenerse al margen de él.