
Los humedales, que son uno de los ecosistemas más valioso en términos económicos y uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo, están desapareciendo a un ritmo tres veces mayor que el de los bosques, con graves consecuencias para nuestro futuro a menos que se tomen medidas urgentes para garantizar su supervivencia, advierte un nuevo informe elaborado por la Convención de Ramsar sobre los Humedales.
Entre 1970 y 2015 desapareció aproximadamente el 35 por ciento de los humedales del planeta y las tasas anuales de pérdida se aceleraron a partir del año 2000, según el primer informe Global Wetlands Outlook de la Convención de Ramsar, un tratado mundial ratificado por 170 países para proteger los humedales y promover su uso racional. El informe indica que todas las regiones están afectadas.
Las pérdidas han sido impulsadas por megatendencias como el cambio climático, el crecimiento poblacional, la urbanización, sobre todo de zonas costeras y deltas fluviales, y los cambios en los patrones de consumo. Todo esto ha provocado cambios en el uso de la tierra y el agua y en la agricultura.
Este año la Convención Ramsar ha presentado como tema prioritario: “Es hora de la restauración de los humedales” y para concientizar sobre esta necesidad imperante ha resumido los beneficios que ofrecen los humedales y también ha presentado una serie de prácticas recomendadas para su restauración.
7 beneficios de restaurar los humedales
Un humedal bien restaurado puede ofrecer muchos de los servicios ecosistémicos prestados por el humedal natural original. Presentamos a continuación siete maneras en que los humedales pueden beneficiarnos directamente.
- Revitalizar la biodiversidad
El 40 % de las especies del mundo viven o se reproducen en los humedales. La restauración de los humedales fortalece la cadena alimentaria local y atrae a fauna silvestre.
- Depurar el agua y recargar sus niveles
Los humedales filtran el agua de manera natural, eliminan contaminantes y contribuyen al suministro de agua local.
- Almacenar carbono
Determinados tipos de humedales, especialmente las turberas, los manglares, las marismas intermareales y los pastos marinos, son sumideros de carbono extremadamente eficaces.
- Mitigar los efectos de las inundaciones y las tormentas
Los humedales restaurados pueden actuar como esponjas frente al exceso de lluvia y las inundaciones, amortiguar las marcas de tempestad costeras y proteger a las comunidades ante los fenómenos meteorológicos extremos.
- Mejorar los medios de subsistencia
Los humedales pueden crear medios de subsistencia relacionados con la pesca y la acuicultura y también proporcionar bienes, como cañas y pastos. Estas oportunidades suelen beneficiar a las poblaciones aborígenes.
- Impulsar el ecoturismo
Un humedal restaurado puede ser un imán sostenible para visitantes: un atractivo natural para los turistas y una oportunidad para prestar servicios conexos.
- Mejorar el bienestar
Los humedales revitalizados ofrecen un lugar para relajarse, estar en contacto con la naturaleza y disfrutar del sentimiento de satisfacción por su restablecimiento.
7 buenas prácticas para la restauración de los humedales
Recrear por completo los beneficios de un humedal natural puedo llevar tiempo, pero con la restauración se pueden revertir muchos de los efectos nocivos de la degradación.
Aquí te contamos algunas prácticas que son beneficiosas para restaurar estos ecosistemas.
- Restaurar múltiples beneficios
Un humedal natural proporciona una multitud de servicios. Hay que adoptar una visión holística de la restauración para recuperar muchos beneficios.
- Desarrollar un plan de restauración
En un ecosistema de humedal natural, la vegetación, la vida silvestre y el sitio en sí dependen los unos de los otros y se aportan valor mutuamente. Hay que tratar de recrear este ciclo complejo y autosostenible y hacer un seguimiento de los resultados.
- Alentar la participación de la comunidad
Es preciso que los residentes y las empresas locales participen en la planificación, la asignación de prioridades y la puesta en marcha de la restauración. Hay que darles un papel en el mantenimiento del sitio restaurado.
- Abordar las causas de la degradación
Es preciso evaluar y conocer la causa de la degradación del humedal. Hay que limitar las presiones, como extracción excesiva de agua o la contaminación producida por la agricultura, la industria del desarrollo urbano.
- Limpiar la zona degradada
Se deben retirar los desechos, la basura y los residuos que se han acumulado en el humedal. De esta forma, se evita que la gente use la zona como vertedero.
- Restaurar especies de fauna y flora autóctonas
Recrear las condiciones hidrológicas originales, volver a plantar vegetación autóctona y reintroducir la fauna silvestre autóctona. Eliminar las especies invasoras.
- Estructurar el acceso al humedal
Crear espacios específicos para el acceso del público al humedal. Hacer una lista de las actividades permitidas en cada zona. Designar zonas donde la fauna silvestre pueda vivir sin perturbaciones.
Algunas recomendaciones adicionales son buscar soluciones para realizar un uso racional de los humedales que se basen en todos los conocimientos existentes, desde los datos científicos hasta los conocimientos tradicionales, para lograr un amplio compromiso a favor de la protección y el uso racional de los humedales y garantizar una toma de decisiones adecuada.
“Se está despertando poco a poco la conciencia sobre el valor de los humedales. En todo el mundo, los órganos legislativos deben integrar los humedales en los programas de políticas e invertir en su sostenibilidad. Debemos educar al mundo acerca de la importancia crucial de este ecosistema, que está desapareciendo a pasos agigantados. Sin los humedales del mundo, nuestras propias vidas están en juego”, afirma la Sra. Rojas Urrego en el informe elaborado por la Convención Ramsar.